«Reformar los estatutos autonómicos antes que la Constitución es dañino»

madrid

Obra suya son muchos artículos de la Constitución, sobre todo los que plasman derechos humanos. Tres décadas después, Gregorio Peces-Barba, alejado ya de la política y refugiado en el campus de la Universidad Carlos III, defiende con fervor la carta magna, defiende su reforma parcial y critica cómo ha conducido el Gobierno la reforma de los estatutos.

-”Han pasado treinta años. ¿Imaginó usted en 1978 que la Constitución llegaría tan lejos?

-”Esa era nuestra ilusión. Los mimbres estaban puestos porque por primera vez logramos que las dos Españas se unieran, la de los vencedores y la de los perdedores de la Guerra Civil.

-”Con la perspectiva de estas tres décadas, ¿habría hecho la Constitución de otra manera?

-”El núcleo de la Constitución es un gran pacto social que está vivo y permanece. No hay que hacer ningún cambio en lo esencial. Hay que cambiar algunas dimensiones, pocas, que se nos quedaron cortas o que hicimos regular, y reflejar situaciones nuevas que no aparecieron entonces.

-”La reforma se aplaza....

-”Es que no es urgente. Son cuatro reformas que tienen una dimensión estética, pero también funcional. Una de ellas es la igualdad hombre mujer en la sucesión de la Corona a partir del reinado de don Felipe, y otra es la reforma del Senado, que es una cámara de representación territorial pero en realidad lo es de un Estado centralizado y unitario, y hay que cambiarla. Debería hacerse pronto porque no hay ninguna diferencia de fondo. Me gustaría que la viera Manuel Fraga, que ha dicho que no quiere morirse sin verla. Luego hay que añadir una lista de las autonomías para que no haya ocurrencias de nadie, para amarrar ese tema. Y hay que hacer referencia a la vinculación a Europa que entonces no había en el horizonte.

-”El Estado de las autonomías es conflictivo ¿Aquel difícil encaje quedó demasiado abierto?

-”No, quedó bien y cuanto más pasa el tiempo lo creo más. Dibujó un buen Estado funcionalmente federal. Lo que ocurre es que se han hecho mal las últimas reformas. Se tendría que haber hecho antes la reforma de la ley electoral para disminuir el poder de los nacionalismos, que tienen más poder del que representan sus votos. Eso no se puede hacer más que ampliando a 400 el número de diputados y recogiendo todos los votos que no se utilizan en las circunscripciones provinciales en una circunscripción única de 50 diputados que se distribuirán fundamentalmente entre PSOE, PP e Izquierda Unida.

-”¿El problema es el estatuto catalán?

-”Se ha conducido mal. No hay ninguna prisa por reformar los estatutos antes que la Constitución, y hacerlo al revés ha sido muy dañino. Y lo ha sido decir que lo que se iba a aprobar en Cataluña se iba a aprobar también en el Congreso. No se han controlado las pasiones desordenadas de algunas comunidades. Sorprende que sólo se haya recurrido el estatuto catalán cuando el andaluz y el valenciano tienen en parte los mismos errores. Si como espero y deseo alguno de esos excesos es corregido por el Tribunal Constitucional, tendrá que extenderse a los otros.