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La Unidad Militar de Emergencias o el ejército de salvación

La UME trabajó primero en la limpieza de la AP-66 y después supervisó que no hubiera más incidencias

Publicado por
L. Urdiales
León

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redacción

«Tantas horas en el coche dan de sí para mucho», advertía uno de los cientos de conductores al que se le atragantó el viaje que hacía desde Asturias a Madrid. La noche más larga de la AP-66 quedó a expensas del rescate de la UME que, como unidad para emergencias, vive pendiente de gestos e intenciones protocolarias. Es sencillo. Hay una urgencia y una necesidad de solucionarla. La UME va donde le mandan. Y cuando mandaron, al final de la cadena de protocolo, los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias se pusieron en marcha. Camiones, bulldozer, máquinas excavadoras, vehículos de asistencias, equipo de bomberos ... al rescate de ciudadanos a los que les sobrevino la nieve cuando iban y volvían a su casa, a su trabajo, a sus quehaceres. «Mira, yo cuando ví que llegaban a sacarnos de allí se me saltaron las lágrimas; no sabe nadie lo que es eso, una incertidumbre, un acongojo y no saber qué pasará, la familia esperando en casa», dijo ayer emocionado uno de los conductores que vivió en primera persona el paso del Negrón, atasco y posterior rescate en la autopista de peaje. Otro que vivió el trance unos kilómetros al sur, pegado a las cabinas de la Magdalena, acompañado por su familia, acumuló su segunda experiencia en sucesos del tipo: «Hace cuatro años me pilló algo similar en una autopista camino del País Vasco. Y pasamos la noche allí, con el coche arrancado y la calefacción encendida, así es que esta vez, al menos, las consecuencias fueron la mitad de graves que aquellas. Pero es que llevaba ahí desde que se hizo de noche. Y se hace largo», comparte.

Pertrechados a la altura de las exigencias -”«yo creo que hay que darles las gracias a esta gente porque nos han sacado de una situación que no se la deseo a nadie»-” confesó uno de los afectados, los miembros de la Unidad Militar de Emergencias evitaron en horas extremas -”bajo una copiosa nevada, a punto de dar las tres de la madrugada, rodeados de invierno o oscuridad-” que en los telediarios del lunes se hablara de algo más que de retenciones de 10 horas.