| Reportaje | Crónica negra de un año |
Tres muertes violentas en siete semanas
Los dos últimos meses han conocido un tiroteo, un apuñalamiento y el caso de anteayer; a finales del verano, un taxista falleció también a causa de un disparo
león
Hasta que una madrugada de principios de agosto un camionero advirtió de la existencia del cadáver de un taxista en las inmediaciones de Las Ventas de Albares, la vida de la provincia en materia de sucesos transcurría relativamente tranquila. Después de que en apenas quince días de noviembre fallecieran dos personas en la capital, una tiroteada y la otra apuñalada, el pavor se apoderó de la calle. Recuperada la calma y después de los inevitables debates en torno a la seguridad cuando episodios de estas características saltan a las portadas, el caso de Lucillo completa la crónica negra de un año especialmente salpicado por sucesos de especial relevancia.
El crimen del taxista
José Miguel Alves, un taxista ponferradino de 34 años de edad, resultó muerto el 20 de agosto pasado a consecuencia de un disparo en la cabeza y por la espalda, tras realizar un servicio que nunca pudo completar. El joven fue víctima del ataque que presuntamente perpetraron dos individuos, delincuentes comunes con un amplio historial delictivo a sus espaldas, detenidos poco tiempo después en Cistierna, mientras se encontraban paseando por el mercadillo semanal de la ciudad. Dos agentes de la Guardia Civil que vivieron una situación de alto riesgo los encañonaron y consiguieron reducirlos. Uno de los imputados no necesitará cumplir condena, acaba de fallecer a consecuencia de un infarto de miocardio en la prisión en la que se encontraba recluído. El otro, está a la espera de que se complete la instrucción para que se determine si se va a abrir juicio oral o no.
Los Retaleros, a tiros
Villaobispo se sacudió en la mañana del 8 de noviembre cuando miembros de dos clanes de etnia gitana procedentes de Cáceres se enzarzaron a tiros en una discusión, a resultas de lo cual uno de ellos perdió la vida.
El asunto derivaba de un ajuste de cuentas por cuestiones pendientes que no se habían solventado en Cáceres, de donde eran naturales. Uno de los participantes en la reyerta, hermano de la víctima, resultó detenido. De su declaración ante el juez apenas han podido extraerse datos fidedignos de cara a una investigación que, en el caso de que resultara exitosa, se anuncia especialmente larga y trabada.
Maite García, apuñalada
La empresaria leonesa Maite García regresaba a su domicilio en compañía de una amiga después de una cena con amigos. Fue el día 22 de noviembre. En pleno centro de la capital, un individuo encapuchado y armado con un gran cuchillo trató de robar el bolso a las dos mujeres, pero presentaron resistencia. Una de ellas echó a correr y la otra presentó oposición al caco. Instantes después, quedó tendida en el suelo, tras ser apuñalada mortalmente.
En un tiempo récord de apenas una semana, el presunto autor de los hechos y su compañera sentimental fueron detenidos por la Policía Nacional. Desde pocas horas después ya se seguía su pista, gracias a los rasgos identificativos aportados por la testigo. La Policía Científica realizó un sensacional trabajo y el acusado como autor de los hechos permanece en el Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas, mientras su novia se encuentra en libertad con cargos.
El suceso conmocionó a la población y creó una psicosis de pánico que en las últimas fechas había desaparecido.