Diario de León

El fin de año de los terroristas

La banda criminal ETA atentó el día 31 de diciembre contra los medios de comunicación en Bilbao con 100 kilos de explosivo, lo que originó la repulsa unánime de la clase política

Los bomberos de Bilbao trabajaron ayer en el exterior de la sede de EITB en Bilbao, tras la explosió

Los bomberos de Bilbao trabajaron ayer en el exterior de la sede de EITB en Bilbao, tras la explosió

Publicado por
Pedro Orive
León

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A las 9.54 de la mañana del pasado miércoles 31 de diciembre la central telefónica del parque de Bomberos de Bilbao recibía una llamada de un comunicante anónimo que en nombre de ETA anunciaba la explosión una hora después de un coche bomba junto al edificio que alberga las instalaciones de varios medios de comunicación tales como EiTB (radio televisión vasca), Antena 3, Onda Cero, El Mundo, Marca, Expansión, Deia, la Hacienda Foral vizcaína, así como otras empresas. La amenaza se hizo realidad a las 11.05 minutos, momento en el que la carga, entre 70 y 100 kilos de explosivos, hizo saltar por los aires todo aquello que se encontró a su paso.

Los terroristas intentaron hacerse con un primer vehículo, pero su propietaria mostró una gran resistencia, hasta el punto de que arrastró a uno de ellos unos 100 metros. En un segundo intento es cuando roban a su dueño una Citroen Jumpy de color verde con matrícula BI-6008-CU. Los hechos tuvieron lugar en el paraje conocido como Venta Alta, en el municipio de Arrigorriaga. El conductor fue atado a un árbol en este punto y con su teléfono se efectuó la llamada para alertar de la futura acción terrorista. La Unidad Canina de Explosivos junto a la Unidad de Desactivación de Explosivos de la Ertzaintza fueron alertadas a las 10.15 horas. Personados en el lugar y ante la evidencia de lo que ocurriría minutos más tarde, los agentes junto a sus animales se limitaron a verificar que en las cercanías no había un segundo artefacto trampa.

Se da la circunstancia de que el coche bomba estaba situado frente al edificio objetivo del ataque terrorista, pero al otro lado de la calle hay un solar en lo que fueron los pabellones de la antigua Feria Internacional de Muestras de Bilbao, donde se tiene previsto levantar el nuevo estadio de futbol del Athletic de Bilbao. Por este motivo la onda expansiva no fue tan devastadora. Aún así, una autocaravana italiana que estaba estacionada a pocos metros del foco de la explosión quedó destrozada.

Escapar en chancletas

Sus propietarios, una joven pareja de Florencia, sólo pudieron retirar del lugar un perro que les acompañaba. Se quedaron con lo puesto, hasta el punto de que el chico estaba calzado con unas chancletas. Además de los importantes daños materiales en la fachada e interior del edificio objeto del ataque, unos cuantos cristales de la escuela de ingenieros y de alguna vivienda particular se vieron afectados por la deflagración.

Una vez recibida la notificación de la existencia de este vehículo cargado con el explosivo, agentes de la Policía Municipal de Bilbao, así como de la Ertzaintza procedieron al desalojo de las más de 200 personas que en ese momento trabajaban en el edificio. Alrededor del mismo se encuentra el Hospital de Basurto, la estación de autobuses Termibus, la Escuela de Ingenieros L. J. de Torrontegui y el campo de fútbol de San Mamés. A medida que los efectivos policiales iban conociendo más datos sobre las consecuencias que pudiera tener la explosión, el cordón policial se iba ampliando. De esta forma, la estación de autobuses fue desalojada en su totalidad y la calle Luis Briñas así como todas las perpendiculares fueron cerradas al tráfico.

Fue en este momento cuando la situación en la zona se complicó de forma extraordinaria. Calles tan importantes como Autonomía o la avenida Sabino Arana, por la que se accede a la capital bilbaína desde la autopista, vieron como en pocos minutos estaban totalmente colapsadas, así como todas aquellas que confluyen en estas dos.

Aviso a los vecinos

Los vecinos de la zona fueron advertidos por la Policía Municipal de que cerraran todas las ventanas y persianas de sus viviendas. Además y tratándose de una fecha tan señalada en la que las personas viajan para celebrar junto a sus familias el final e inicio de un nuevo año, fueron muchísimos los viajeros afectados por el cierre durante hora y media de la terminal de autobuses. A esto se debe añadir que el servicio de tranvías quedó suspendido y la parada del metro de San Mamés fue clausurada.

En el lugar del atentado se personaron políticos de todos los partidos. Allí se dio cita el lendakari, Juan Jose Ibarretxe, al igual que el alcalde de la villa, Inaki Azkuna. Todos ellos mostraron su más enérgica repulsa ante la última acción de la banda terrorista ETA. Ibarretxe, quien compareció ante los periodistas en el lugar del atentado a las dos de la tarde, manifestó que «ETA tiene una manera muy curiosa de construir el pueblo vasco, matando y destruyendo edificios». Una vez condenado el ataque terrorista, el lendakari justificó su presencia con el objetivo de estar cerca de los profesionales que habían sido víctimas del atentado, al tiempo que declaró que «los terroristas tienen sobre la mesa dos preguntas que no han contestado en años; las bombas y los asesinatos horrorosos, ¿por qué y para qué?» El lendakari finalizó su intervención asegurando que «no se puede permitir a ETA que nos amargue las Navidades», motivo por el que indicó que su mensaje de fin de año a la ciudadanía no se vería alterado por esta circunstancia. Concluyó deseando «paz, felicidad y un feliz año nuevo» a toda la ciudadanía.

Cuando las fuerzas policiales lo permitieron, entraron en acción las excavadoras y las brigadas de limpieza con el fin de tratar de recobrar en la medida de lo posible la mayor normalidad en la zona. Algunos profesionales ya realizaban su trabajo a primera hora de la tarde, aunque no en las mejores condiciones.

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