Familias que hablan de sexo

león

Por tercer curso consecutivo, las federaciones de asociaciones de madres y padres de alumnado de centros públicos de León y el Bierzo -"Felampa Sierra-Pambley y La Palloza-" ofrecen en su programa formativo «Aprendiendo en familia» el taller de educación afectiva y sexual para familias en centros escolares.

La iniciativa, que parte de un proyecto promovido desde Ceapa para las asociaciones de todo el país, es una excepción frente al vacío que existe en la educación sexual y afectiva en el ámbito escolar. «Creemos que las familias tenemos mucho que decir en este asunto y, por otro lado, desde el punto de vista del alumnado es una materia trasnsversal que se toca esporádicamente, sólo en ciertas asignaturas y generalmente desde un enfoque biologicista», explican Engracia Prieto y Mar López, monitoras del taller que Felampa Sierra-Pambley ha impartido en el colegio La Palomera de León y los institutos Ordoño II de León, Carrizo de la Ribera y Valencia de Don Juan.

Más allá de debates y polémicas sobre si se debe o no abordar la educación sexual en la escuela, las asocaciones del ámbito público tienen muy claro que «todas las familias realizan educación afectiva y sexual, ya sea desde comentarios constructivos, desde la frivolidad o incluso desde la omisión», agregan.

Y es que, como aclara la responsable del área de formación de Felampa Sierra-Pambley, la familia «es el principal ámbito de transmisión de roles y valores». Por ello, el taller pretende ofrecer herramientas a madres y padres «a la hora de hablar con sus hijos e hijas: muchas veces tenemos los conceptos de ciertas pero nos falta el lenguaje y es muy importante poder expresarse», añade.

José Miguel Debesa, coordinador del programa Aprendiendo en familia, aclara que en el taller «no damos recetas ni decimos a madres y padres qué clase de educación afectiva y sexual deben de dar a sus hijos e hijas, pero hacemos reflexionar sobre la importancia de tener recursos frente a las pautas que chicas y chicos reciben del resto de la sociedad»

La mayor demanda de este curso se está dando en las asociaciones de madres y padres de educación secundaria se debe a que «a ciertas edades las familias empiezan a darse cuenta de la premura del tema, pero lo cierto es que la educación afectiva y sexual empieza desde el momento del nacimiento», explican.

Con el paso del tiempo las series de televisión, las revistas juveniles, la pandilla... se convierten en una poderosa herramienta de socialización, así que, recalcan, «más vale que las familias tengamos nuestras propias herramientas para contrarrestar».

Sin ir más lejos, observa Mar López, una revista juvenil de amplia difusión incluye en cada número un apartado dedicado a la sexualidad del tipo: kits para una noche erótica, posturas supuestamente más placenteras... y en general un montón de «consejos» dirigidos especialmente a las chicas con la finalidad de complacer y no defraudar a los chicos.

Corresponsabilidad

La educación afectiva y sexual es necesaria -"defienden-" frente a una cultura juvenil en la que muchas veces «se confunde hacer el amor con las relaciones coitales, que perpetúa los roles sexistas de chicos y chicas y no contribuye a prevenir la violencia de género». Frente a ésto, creen que es importante transmirtir que «la afectividad en la sexualidad es el eje motor de la autoestima, de la inteligencia y del respeto por el propio cuerpo y el de la otra persona».

Prevenir las desigualdades y corresponsabilizar a los varones de que el embarazo no es sólo responsabilidad de las mujeres son otras de las preocupaciones de las familias. No son sexólogas, ni psicólogas, aclaran, «pero madres y padres tenemos tenemos problemas y dudas similares». La familia siempre tiene la «carta» del «cariño, la confianza y el diálogo» para transmitir algo más que información.

Por ello abogan por afrontar desde la más tierna infancia la educación afectiva y sexual de la misma manera que «trabajamos la necesidad de la higiene, la alimentación saludable o la educación vial».

Bibliografía: