El ajuste de cuentas pudo deberse a un alijo de 513 kilos de cocaína
El narco asesinado en el Doce de Octubre tenía dos identidades
La policía cree que dos sicarios viajaron desde Colombia para acabar con su vida
madrid
Los especialistas de Homicidios de Madrid no albergan dudas: el capo colombiano asesinado a balazos la noche del jueves en el Hospital 12 de Octubre de Madrid fue víctima de una vendetta y, muy probablemente, su muerte fue la respuesta de sus ex compañeros a la detención de diez narcos en julio de 2006 cuando pretendían introducir en España, a través del puerto de Valencia, 513 kilos de cocaína escondidos en un cargamentos de piña procedentes de Panamá.
La verdadera identidad del asesinado no es Leónidas Vargas Vargas. Ese nombre, con el que se registró el pasado 2 de enero en el centro médico, era sólo uno de los alias que usaba, como del de José Antonio Cortés Vaquero. Su nombre era José Antonio Ortiz Mora, nacido en Colombia en 1948.
o
como era conocido en el mundo de la droga, lideró, según la Policía Antinarcóticos colombiana, los cárteles de Caquetá y Putumayo durante las décadas de los ochenta y los noventa.
En los últimos, tras habérsele incautado en su país de origen 327 propiedades diferentes y haber cumplido prisión entre 1995 y 2001, se encontraba casi apartado del narcotráfico y la única operación en la que había participado en los últimos años era la de Valencia.
Los agentes apuntan, por el modus operandi, a que el homicidio fue cometido por dos sicarios colombianos llegados
desde Sudamérica para cumplir el encargo. Las primeras investigaciones apuntan a sendos varones de mediana edad, aunque ninguno de los testigos ha sido capaz de ofrecer una descripción fiable, ya que los pistoleros se cubrieron con bufandas y gorros.
Sólo uno de los sicarios entró en la habitación y disparó. Usó un silenciador, por lo que nadie se fijó en el aspecto de dos visitantes más del hospital. El compañero de habitación del narco, al que el sicario amenazó para que guardara silencio, se encuentra en estado de shock y apenas ha podido dar datos útiles. El análisis de las cámaras de seguridad tampoco ha ayudado mucho por el momento.
La única pista fiable ha venido desde Colombia. Según informó el diario bogotano
, los servicios de inteligencia de aquel país interceptaron el jueves varias llamadas entre narcos del sur de Colombia que hablaban del inminente asesinato de Ortiz Mora.
No pidió escolta
El Rey de Caquetá no tenía ningún tipo de protección policial en España. Ortiz jamás la demandó a la Audiencia Nacional cuando el juez Fernando Andreu, que instruía la investigación por el alijo de Valencia, acordó en julio dejarle en libertad bajo fianza de 200.000 euros, ya que se encontraba muy enfermo (casi en fase terminal) por una hipertensión pulmonar aguda, que le obligaba a acudir frecuentemente a un médico para calibrar el dispensador de oxígeno.