Diario de León

«Hay muchos recursos pero están dispersos y sin coordinar»

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a. g. | león

La dispersión y falta de coordinación de los numerosos recursos existentes para paliar y frenar la violencia de género es uno de los problemas que ha detectado la asociación Adavas.

La consecuencia es que «se aprovechan poco los medios que hay y, lo que es peor, las mujeres no reciben una atención integral», lamenta su presidenta Carmen Carlón. Esta situación, que es responsabilidad de las administraciones públicas, unida a la ausencia de un asociacionismo potente en el medio rural hace que la situación de las mujeres en los pueblos sea «más difícil» cuando tienen que afrontar la violencia machista.

«A veces ni siquiera existen lugares apropiados para que se preste una atención adecuada y las mujeres frecuentemente comparten no sólo casa, sino también trabajo con sus agresores», explica.

Una de las iniciativas que se han llevado a cabo en el medio rural para fomentar la igualdad y prevenir la violencia de género son los cursos impartidos por la asociación Adavas sobre salud y género, gracias a un convenio con la Diputación provincial. «Hemos comprobado que las mujeres están deseosas de recibir información y de que se vaya a los pueblos porque están muy abandonadas», indicó Carlón.

Los talleres se han desarrollado con más convocatoria en la comarca del Bierzo debido a la implicación de trabajadores sociales de la zona durante los meses de noviembre y diciembre. Villaquilambre es otro de los puntos donde se ha trabajado con esta iniciativa en colaboración con la asociación de mujeres Ribera del Torío.

Desde Adavas se echa en falta una implicación mayor de los servicios sociales básicos e incluso de los servicios sanitarios en la atención a las mujeres víctimas de violencia machista. «Sea porque tienen que atender las exigencias de la Ley de la Dependencia, sea por otros motivos, lo cierto es que son muy pocos los profesionales que se ocupan de estos temas en el ámbito rural», indica la asociación.

También han recibido testimonios de mujeres que se han retraído de pedir ayuda por falta de confianza en el entorno, donde el agresor es conocido por las mismas personas que tienen que atender a la víctima. En general, las situaciones de violencia, concluye Adavas, «son conocidas de todo el vecindario, pero se viven en un absoluto silencio».

La asociación desconoce el plan autonómico que se va a poner en marcha en el medio rural, pero celebra que se tomen medidas que contribuyan a «coordinar los recursos existentes».

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