Los arrestados en Barcelona y Valencia están acusados de robo y falsificación de documentos
Detienen a trece personas sospechosas de financiar al terrorismo islámico
Se investiga si trabajaban para Al Qaeda aportando pasaportes a posibles activistas
c.r./l.s. | barcelona/valencia
Agentes de los servicios de Información del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron en la madrugada de ayer en Barcelona y Valencia a 13 extranjeros (once paquistaníes, un indio y un nigeriano) acusados, en principio, de pertenecer a un «grupo internacional de crimen organizado» dedicado al robo y falsificación de documentos. El Ministerio del Interior precisó que los agentes todavía investigan si los arrestados trabajaban para Al Qaeda aportando pasaportes a posibles activistas.
La denominada operación Fish, coordinada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, tuvo como epicentro el El Raval barcelonés, el popular barrio de la capital catalana en el que viven miles de inmigrantes, sobre todos paquistaníes, que se ha convertido ya en escenario habitual de las redadas anti yihadistas.
Allí, en dos domicilios de las calles Peu de la Creu y Carretas fueron capturados once de los sospechosos, diez paquistaníes y un nigeriano. Al mismo tiempo, los agentes detuvieron en la localidad valenciana de Mislata a otro paquistaní y a un indio en la calle Antonio Aparaci y registraron un locutorio de la calle Federico García Lorca.
Según informó Interior, en los allanamientos los funcionarios se intervinieron de numerosa documentación, soportes informáticos, teléfonos móviles, material para la falsificación de documentos, decenas de pasaportes, algunos de ellos falsificados y otros en blanco, fotografías tamaño carnet de varias personas y otros soportes para falsificación.
La Dirección General de la Policía y la Guardia Civil informó que la operación Fish ha permitido desmantelar un entramado internacional dedicado «principalmente» al robo de pasaportes en diferentes ciudades españolas que eran enviados a Tailandia. Una vez manipulados, los documentos se enviaban a varios países europeos, donde eran entregados a grupos organizados, que los usaban para facilitar el cruce de fronteras de todo tipo de delincuentes en búsqueda y captura.
La Policía Nacional trata ahora de confirmar si, tal y como sospechan los servicios antiterroristas, los arrestados tienen «algún tipo de vinculación con la aportación de documentos falsos» a grupos vinculados a Al Qaeda.
En esta operación, la Comisaría General de Información ha contado con la colaboración de las brigadas provinciales de Barcelona y Valencia, de los servicios policiales de Tailandia (donde se confeccionaban los pasaportes falsos) y de los países donde se entregan los salvoconductos alterados: Bélgica, Francia, Reino Unido, Alemania y Suiza.