León encabeza el ránking autonómico de empresas en proceso concursal

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La provincia de León encabeza el ránking autonómico de empresas que a lo largo del año pasado entraron en proceso concursal, la figura jurídica que sustituye a las antiguas suspensiones de pago y quiebras. Después de que en el último trimestre la cifra de empresas locales que se declaró incapaz de hacer frente a sus deudas se disparara, el ejercicio de la crisis se cerró en la provincia con 32 sociedades que acudieron a los tribunales para solicitar el proceso concursal, y que fueron aceptados. Sólo entre septiembre y diciembre fueron 14 las empresas leonesas que se sumaron a esta lista de empresarios en dificultades, tal y como se había anticipado desde distintos ámbitos, que advirtieron de que el fin de año daría al traste con un buen número de iniciativas empresariales.

Según la Estadística de Procedimiento Concursal hecha pública ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), del total de 113 empresas que presentaron proceso concursal en el 2008 en la comundiad un total de 32 lo hicieron en la provincia, por delante de las 30 de Valladolid y las 22 de Burgos, las otras dos provincias con mayor número de fracasos empresariales.

Concursos triplicados

Según estas cifras, el número de empresas que no puede hacer frente a sus deudas se ha prácticamente triplicado en un año, después de que en el 2007 fueran nueve las sociedades que presentaron proceso concursal en la provincia (siete de ellas en el primer trimestre, aunque luego el resto del año transcurrió con mucha tranquilidad).

De las 32 empresas en concurso en la provincia 29 lo presentaron de forma voluntaria, y tres como proceso necesario. En la práctica totalidad de los casos existe una propuesta anticipada.

La Ley Concursal, que entró en vigor en septiembre del 2004 para sustituir los procesos de suspensión de pagos y declaraciones de quiebra, tiene como objetivo intentar que las empresas en dificultades económicas puedan sanear sus finanzas y mantener la actividad. Sin embargo, en la práctica se demuestra que el 90% de las sociedades que entra en concurso termina desapareciendo.

Aunque en teoría el proceso permite que las empresas en dificultades acudan a esta práctica cuando aún pueden recuperarse, la realidad muestra que cuando entran en proceso concursal suelen tener una situción económica ya prácticamente insalvable; y sólo se trata de arreglar las cuentas de la mejor manera posible con sus acreedores.

A nivel nacional el año pasado se declararon 2.902 insolvencias, lo que supone un crecimiento del 197% sobre el año anterior. Cabe destacar que la mayor parte de las empresas concursadas el año pasado se concentraron en el tramo más bajo de negocio, es decir, de menos de dos millones de euros.

Por otro lado, casi siete de cada diez empresas concursadas tiene como actividad principal la construcción, las inmobiliarias y los servicios empresariales.