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La industria generará electricidad para su venta y calor para el secado del silo, con el consiguiente ahorro de combustible

Cabreros del Río estrenará su primera planta de biomasa dentro de 15 meses

La cooperativa cuenta con el apoyo de Geoponik para una inversión de 9 millones de euros

Barón (Geoponik), Miguel Ángel del Egido (Poeda), Matías Llorente (Ucogal), José Antonio Domínguez (

Publicado por
A. Caballero
León

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santa maría del páramo

El «anquilosamiento sólo lleva a la miseria». La sentencia, salida de boca del secretario general de Ugal, Matías Llorente, invita al campo a seguir el mismo proceso que la energía: ni se crea, ni se destruye: se transforma. Una transformación -"como quedó asentado en las conclusiones de las jornadas sobre la Alternativa de cultivos en el sur de la provincia, organizadas por el Diario de León y Poeda en los dos últimos días-" que acabe con «el monocultivo» y entre en el terreno de la bioenergía para «no perder el tren por el que apuesta ya toda Europa» y que depende del «convencimiento del agricultor». Consejos en los que predica con el ejemplo la cooperativa Ucogal, que en el plazo de 15 meses estrenará su primera planta de biomasa en Cabreros del Río: un proyecto con una inversión de 9 millones de euros que producirá 2 megavatios por hora, además de que aportará color para el secadero de maíz y alfalfa, con el consiguiente ahorro de medio millón de litros de combustibles fósiles, e incluso para el desarrollo de «un invernadero climatizado», como relató José Ignacio Barón, representante de Geoponik, la empresa que ejecutará la iniciativa.

El proyecto, coparticipado por la cooperativa Ucogal, compromete 16.000 toneladas de residuos agrícolas en contratos de «un mínimo de 10 años» firmados con los agricultores y sólo es la punta de un iceberg que esconde, en el plazo de 3 años, la construcción de otra planta de mayor tamaño, con más de 40 millones de euros de inversión, que genere 25 megavatios y queme 100.000 toneladas.

La apuesta, que conjuga el beneficio de la venta de electricidad con la reducción de costes productivos de la cooperativa, como citó Barón, se asienta en un plan de estudio que tomará tierra en 40 hectáreas de Ucogal para evaluar «riesgos y margen que dejan para el agricultor» los cultivos bioenergéticos, basado de manera principal en cuatro tipos: chopo, sauce, miscanto y caña común, con los que se perseverará en la fórmula de «generar más energía con menos toneladas».