El nuevo ministro de Justicia ofrece diálogo para modernizar la administración procesal
Caamaño apela a la responsabilidad de los jueces para evitar una nueva huelga
Desde el respeto a la independencia judicial afirma que colaborará con el CGPJ y la Fiscalía
madrid
El nuevo ministro de Justicia certificó su llegada al cargo con un sentido abrazo a su principal mentora, la vicepresidenta primera Teresa Fernández de la Vega. Arropado por compañeros del Gobierno y del PSOE, y bajo la atenta mirada de los principales representantes del Poder Judicial, Francisco Caamaño ofreció como aval de su futura gestión las mismas virtudes que le han granjeado el ascenso: trabajo, diálogo y búsqueda acuerdo con todos los actores de la Justicia y, de manera especial, con los jueces, a cuya «responsabilidad» apeló para evitar otra huelga.
Tras prometer su cargo ante los Reyes en el Palacio de la Zarzuela, Caamaño llegó a la sede ministerial escoltado por la vicepresidenta Fernández de La Vega y el ministro saliente, Mariano Fernández Bermejo. «Han sido 24 horas muy intensas, espero que lo entiendan», alcanzó a decir éste nada más ver a la prensa. Después, presentó a su sucesor, al que deseó «mucha suerte», ofreció su apoyo y agradeció al presidente del Gobierno la oportunidad que le dio cuando pensó en él, hace dos años, para el cargo.
Fernández Bermejo no miró atrás, pero tampoco se privó de un ejercicio de autocrítica cuando reseñó que en este tiempo su equipo «ha estado a la altura de las circunstancias», mientras que él «probablemente no».
Francisco Caamaño inició su discurso invocando a la necesidad de trabajar por una justicia «ágil y transparente», por el bien de los ciudadanos y la España moderna del siglo XXI. Para ello, dijo, es necesario modernizar «sin demoras» las carencias estructurales de la administración procesal, para lo que, «afortunadamente, no partimos de cero», señaló.
En este punto agradeció los esfuerzos realizados por Fernández Bermejo en sus dos años y medio en el cargo y, de cara al futuro, ofreció un diálogo «sincero y abierto» a todos los colectivos que forman parte del Poder Judicial. Buen conocedor del proceso de descentralización autonómica, apeló a las comunidades como intermediarias «necesarias» para el buen funcionamiento de la administración de Justicia.
Con voz más firme, señaló que los jueces son independientes, «pero también responsables», y desde ese respeto a la independencia añadió que colaborará con el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Ministerio Fiscal.
El ministro entrante quiso poner amable distancia con su predecesor en el cargo y confesó que «el arte cinegético no es una de mis habilidades».