Con la mayor participación de la historia, el electorado castigó al bipartito de PSOE y BNG
El Partido Popular recupera la Xunta con una sólida mayoría absoluta
Núñez Feijóo logra 39 diputados, dos más de los que tenía y uno más de los que necesitaba para formar gobierno
vigo
El electorado gallego penalizó al bipartito PSOE-BNG y devolvió la mayoría absoluta al Partido Popular, que podrá ver a su líder, Alberto Núñez Feijóo, al frente de la Xunta con 39 diputados, dos más de los que tenía y uno más de los que necesitaba para formar gobierno.
A las diez y cuarto de la noche, con más del 80 por ciento del voto escrutado, el candidato socialista, Emilio Pérez Touriño, reconocía la derrota y felicitaba al PP por los resultados obtenidos. Su hasta ahora socio, Anxo Quintana, admitía poco después con gesto sombrío que se inicia una nueva etapa. «Es el momento para lamentar no haber conseguido nuestros objetivos», dijo.
Superado el «sorpasso» a Fraga en el 2005, el renovado Partido Popular de Galicia ha vuelto por donde solía y podrá gobernar con una mayoría amplia, para satisfacción de su líder nacional, Mariano Rajoy, quien se multiplicó para apoyar a su candidato y libró en Galicia una durísima batalla mientras en su trastienda se escuchaban los ruidos de acusaciones de corrupción, espionaje interno y candidatos cesados en plena campaña electoral gallega. Un triunfo «por elevación» del presidente del PP, que a buen seguro tendrá su traducción interna en el futuro más próximo.
El vencedor de estas elecciones, Alberto Núñez Feijóo, esperó hasta casi las once de la noche para expresar su agradecimiento por el apoyo recibido del electorado y anunciar que trabajará por «la Galicia próspera y abierta» y gobernará «para todos». «A partir de este momento -"concluyó-" me pongo a disposición de Galicia, para todo lo que Galicia precise».
Rajoy también gana
Puede que la campaña, en la que los analistas y los propios protagonistas escenificaban dos batallas representadas por el presidente del Gobierno y el líder de la oposición -"quien aseguró que Galicia, de la mano de Alberto Núñez Feijóo, tendrá «un gran Gobierno» -", haya sido determinante, lo que significaría, por elevación, un triunfo de la apuesta de Rajoy por Núñez Feijóo sobre el amparo que Rodríguez Zapatero propiciaba para Pérez Touriño.
Tradicionalmente han sido los principales núcleos urbanos los que han propiciado los cambios en el panorama electoral de Galicia, y la tendencia se ha reeditado. Las zonas del interior de Galicia, con mayor peso de la población rural, han sido siempre más proclives a socorrer al poder establecido en el Pazo de Raxoi, mientras que han sido los principales núcleos urbanos de la franja atlántica gallega los que, finalmente, vienen promoviendo los cambios cuando pueden.
La penalización a los socios del bipartito se ha hecho más patente en las ciudades importantes, donde PSOE y BNG formaron gobiernos de coalición para cerrar el paso al PP. Solamente en Ferrol perdió apoyos el PP, aunque sus dos rivales bajaron su porcentaje todavía más.
Por circunscripciones, el PP creció en las cuatro provincias mientras bajaron su porcentaje socialistas y nacionalistas, que perdieron un diputado cada uno en beneficio del equipo de Núñez Feijóo. Y todo ello con una participación histórica, con sólo un 30 por ciento de abstención, circunstancia que no se había dado en anteriores comicios autonómicos, a pesar de los augurios de que la abstención favorecería al PP y un aumento en la participación supondría un mayor respaldo para los socios del bipartito.
Los porcentajes, cuando ya casi el escrutinio estaba completado, daban un 47,1 por ciento de respaldo electoral para el PP (un 2,5% más que en 2005), un 29,9 por ciento para el PSdeG-PSOE (un 3,2% menos) y el 16,6% para el BNG (2,2% menos).
A falta de contabilizar el voto de los residentes ausentes, el de la emigración, nada hace suponer que los resultados varíen en cuanto a la asignación de escaños en el próximo Parlamento de Galicia, como ha ocurrido en las anteriores ocasiones. Así, el PP dispondrá en la próxima legislatura de 39 diputados, el PSdeG-PSOE tendrá 24 y el BNG dispondrá de 12. Los dos integrantes del gobierno bipartito saliente se dejan un escaño cada uno en la contienda y el PP consigue dos más de los que tuvo en la última legislatura.