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Exige al PNV que ponga fin a las amenazas y asuma que el País Vasco «no es suyo»

Patxi López proclama su voluntad «irrenunciable» de ser lendakari

El líder socialista apuesta por un gobierno en minoría con apoyos del PP en temas concretos

El secretario general del PSE-EE, Patxi López,ofreció ayer sus opiniones sobre la futura presidencia

Publicado por
Joseba García
León

Creado:

Actualizado:

bilbao

El secretario general del PSE, Patxi López, confirmó ayer su voluntad «irrenunciable» de ser lendakari y defendió que está «legitimado» para relevar a Juan José Ibarretxe al frente del gobierno vasco, pese a reconocerle la condición de ganador de las elecciones celebradas el pasado domingo. El líder de los socialistas compareció ayer ante la prensa, tras la reunión en la que este lunes la ejecutiva de su partido analizó los resultados electorales, para despejar cualquier sospecha sobre sus intenciones y lanzar un claro mensaje al Partido Nacionalista Vasco: «Vale ya de amenazas».

El partido de Ibarretxe ganó las elecciones y formará el grupo parlamentario más numeroso, pero los números no le alcanzan para ser lendakari. A López sí, porque hay una mayoría no nacionalista en la cámara de Vitoria que ya ha proclamado su intención de provocar al alternancia en el poder. Es una mayoría heterogénea, formada por la suma de los socialistas, el PP y Unión, Progreso y Democracia (UPyD), por lo que el PSE apuesta por un gobierno en solitario y en minoría, con apoyos concretos de la bancada «popular».

Fue la de ayer una de las ruedas de prensa más multitudinarias que se recuerdan en la sede del PSE en Bilbao. Sonriente, pero con un tono de voz de extremada dureza, López se sentó ante las cámara con un broche de la ikurriña en la solapa. Apoyado en un borrador garabateado sobre unas cuartillas, fue tajante en la defensa de la legitimidad de su partido para intentar el acceso al poder, tanto como lo fue en la crítica al PNV por la mala manera en la que ha encajado la pérdida del ejecutivo autonómico.

Calificó de «histórico» el resultado alcanzado el domingo en las urnas, unos 316.000 votos que confirman al PSE como la segunda fuerza política de Euskadi y le dan 24 escaños confirmados, y casi seguro 25 cuando se cuenten los votos emitidos por correo. Su lectura, que la mayoría de los vascos optaron el domingo «por la convivencia, el entendimiento y el acuerdo entre diferentes», y por «enterrar el frentismo».

Esgrimió los datos como argumento. Las urnas dicen que el tripartito de Ibarretxe «pierde apoyos» mientras que la oferta socialista «ha avanzado con toda claridad». Consideró que los comicios del domingo cierran un ciclo y «abren la puerta a un nuevo tiempo político en Euskadi». Como partido más votado, le corresponde al PNV abrir la ronda de contactos con el resto de las fuerzas parlamentarias para el debate de investidura, pero insistió en que «no renuncio a recabar por mi parte los apoyos necesarios para ser investido lendakari».

Para ello, el PSE se ha dotado de una comisión negociadora. La primera reunión, a petición del PNV, tendrá lugar mañana; después habrá encuentros con el resto de formaciones que han conseguido escaños.

A quienes alertan sobre la debilidad de su gobierno, López defendió que «será estable, generará seguridad y confianza, sumará voluntades y contará con todos los sectores para hacer país y resolver nuestros problemas». «Habrá estabilidad en el país lo quiera el PNV o no», y apeló «a la responsabilidad» de los nacionalistas, a los que recordó que gobiernan las diputaciones de Guipúzcoa y Álava a pesar de ser fuerza minoritaria en ambos territorios.

Discurso del miedo

López cargó con brío contra el discurso «del miedo y de enfrentamiento permanente» que lanza el PNV ante el riesgo de perder el gobierno vasco. Calificó ese mal perder de «peligrosísimo» porque pretende deslegitimar un proceso «irreprochable desde el punto de vista democrático», y reclamó al PNV que «nadie juegue» con los resultados «ni deslegitime la democracia». El domingo «quedó claro» en su opinión que en Euskadi «no hay ninguna idea ilegalizada» y la prueba es que la izquierda independentista «que ha roto amarras» con el terrorismo, Aralar, cuadruplica su presencia parlamentaria «con un extraordinario resultado».

Exigió al nacionalismo el fin de las amenazas que profiere ante la perspectiva de ser desalojado de Ajuria Enea «como si una profecía bíblica nos dijera que el PNV tiene que estar en el gobierno vasco sí o sí, o si no se abrirán los infiernos». Abogó por que todos los partidos sepan tanto ejercer el poder como estar en la oposición, algo que le vendrá «bien» al PNV para «repensarse y adaptarse al siglo XXI» y para dar prueba de «grandeza, altura de miras y sentido de país».

«Si el PNV pasa a la oposición no pasará absolutamente nada», tranquilizó López, y recordó que con este partido fuera del gobierno «ni Euskadi se rompe, ni va a haber retrocesos en nada, ni se va a desestabilizar nada», porque la formación que preside Iñigo Urkullu «no es el régimen ni la religión» de Euskadi, sino «un partido más».

«Da igual lo que hagan, pero es evidente que las decisiones en Euskadi las vamos a tomar los socialistas vascos y todas con absoluta libertad», concluyó López, que no se ahorró un último dardo para la formación nacionalista: en la comisión negociadora del PNV coinciden el lendakari en funciones, Ibarretxe, y el presidente del partido. Urkullu, porque «no se llevan bien entre ellos».

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