OPINIÓN | VERÓNICA VIÑAS
Y la prensa ni vio ni oyó nada
LA PRENSA fue «encerrada», alegando motivos de seguridad, en una sala de la colegiata de San Isidoro, donde, teóricamente, se podía seguir «en vivo y en directo» el recorrido de la Reina por el Museo Bíblico y Oriental. Pero las imágenes llegaban a intervalos, de forma que en ocasiones sólo se captaban las espaldas o las calvas de las ilustres autoridades que seguían a la Reina. Y oírse, no se oyó nada. A los fotógrafos se les prohibió tomar imágenes del recorrido, porque el sitio es pequeño y allí no cabía tanta gente -”aunque algunos vayan a trabajar y otros a hacer bulto-”. Prometieron que un fotógrafo haría las fotos para todos -”un «pool» que dicen los cursis-”. En resumen: de la Reina abriendo la carta de la burra, no hay prueba...