Diario de León

Los facultativos culpan a los responsables sanitarios de una mala gestión de los recursos y falta de previsión de futuro

La escasez de médicos y la presión de laasistencia asfixian el servicio de Urgencias

Los profesionales piden más contratos y un sistema de triaje de clasificación de enfermos

Fotografía de archivo de la llegada de varios heridos de un accidente al servicio de Urgencias del H

Fotografía de archivo de la llegada de varios heridos de un accidente al servicio de Urgencias del H

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Los médicos del servicio de Urgencias del Hospital de León denuncia la presión asistencial a la que se ven sometidos diariamente por la escasez de profesionales contratados en esta unidad asistencial, que cuenta con veintiséis adjuntos. Sin embargo el servicio funciona actualmente con 21.5 médicos ya que cinco están de baja y uno tiene media jornada laboral. Los médicos cifran en un 31% la reducción de la plantilla en los últimos años debido a que once profesionales se han marchado a otros centros asistenciales ante la negativa de los responsables de la gestión sanitaria de mantenerlos en sus puestos de trabajo con un contrato y con condiciones laborales dignas. Para mantener la calidad asistencial los médicos que trabajan en el servicio aseguran que harían falta cinco profesionales más, lo que ayudaría a disminuir el número de guardias -”actualmente rondan las ocho al mes por médico, cuando la ley contempla no superar las cinco-” y reduciría los colapsos que en ocasiones se producen en el servicio, que en fechas puntuales, los pacientes tienen que soportar hasta diez horas de espera para ser atendidos. A esta situación se añade, según denuncian los propios médicos de urgencias, que desde hace dos años el Sacyl no refuerza el servicio en julio y agosto, meses en los que aumentan los «picos» asistenciales en un 25%. La media de enfermos que acuden diariamente a urgencias de adultos del Hospital de León es de trescientas personas. El año pasado acudieron a este servicio 120.000 pacientes, una cifra igual a la del año anterior y superior a los 100.000 del 2006. «Pero aunque el número de pacientes atendidos se ha mantenido estable, la plantilla ha disminuido un 31% y las bajas y las medias jornadas no se cubren con otros contratos, por lo que la presión asistencial ha crecido», aseguran los médicos.

La situación ha llegado a tal extremo que los responsables sanitarios retrasaron a una trabajadora cinco meses el derecho a una reducción de jornada por nacimiento de su hijo ante la carencia de profesionales para sustituirla, o que los médicos no pueden coger más de quince días de descanso en verano.

El último colapso del servicio se produjo el 22 de marzo, día en el que los responsables de urgencias tomaron la decisión de ingresar directamente a ocho personas con crisis respiratoria para dejar los boxes de atención libre a otros pacientes. «Aún así los enfermos pasaron varias horas en la calle esperando», afirma una facultativa del servicio.

La situación es bien conocida por los responsables de la gestión del centro sanitario, con el que los médicos mantienen contínuas reuniones desde diciembre para solicitar más contratos. Algunos adjuntos han solicitado la dimisión de la coordinadora de urgencias y del subdirector médico de servicios médicos, por considerarlos responsables de la actual situación y por la falta de previsión de futuro.

Triaje de pacientes

Los médicos han solicitado en reiteradas ocasiones un sistema de triaje que permita clasificar a los pacientes según su estado de salud. Este sistema funciona en muchos hospitales españoles, incluidos los de la comunidad, y consiste en que un sistema informático clasifica a los pacientes en tres niveles de prioridad asistencial según su estado de gravedad, lo que permitiría a los médicos atender en primer lugar a los enfermos más críticos. «Ya están hechos los cursos y tenemos el sistema informático, pero no lo instalan porque dicen que hay que hacer una obra y lo están retrasando. Llevamos dos años pidiendo este sistema».

Al aumento de la presión asistencias los médicos tienen que hacer frente a las agresiones verbales -”en algunos casos físicas-” por parte de los familiares de los enfermos que, cansados de pasar horas en espera, en ocasiones insultan a los profesionales. «Aunque estén a la espera y no los hayamos visto, gracias a la labor de las enfermeras, nosotros sabemos el estado de salud de la persona que acude a urgencias. Si les hacemos esperar es porque sabemos que pueden esperar, pero con tanta presión a veces te la juegas», aseguran los especialistas.

También critican el aumento de contrataciones de médicos extracomunitarios que tienen su título homologado en España, «para que nosotros podamos ejercer en Urgencias nos piden la titulación, dos años de MIR y un año de especialidad, pero ellos pueden trabajar con la homologación del título, que son los seis años de carrera sólamente».

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