Diario de León

El presidente cerrará hoy una crisis que refundirá ministerios y modificará el organigrama

Zapatero protege con un velo de secreto los cambios en el Gobierno

Nadie en el Ejecutivo ni en el PSOE abrió la boca tras imponerse la ley del silencio desde La Moncloa

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R. Gorriarán/P. de Las Heras
León

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madrid/estambul

Apagón informativo. José Luis Rodríguez Zapatero desplegó ayer un tupido velo sobre sus planes de remodelación del Gobierno. Nadie, ni en el Ejecutivo ni en el PSOE, abrió la boca. El presidente y los ministros de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y de Igualdad, Bibiana Aído, que participaron en el Foro de la Alianza de Civilizaciones en Estambul, permanecieron recluidos todo el día y evitaron hablar de la crisis en un intento de contener la onda expansiva de una noticia que estropeó al jefe del Ejecutivo su día grande con Barack Obama.

Zapatero acogió la noticia de su crisis de Gobierno con estupor y, sobre todo, con profunda irritación. Al jefe del Ejecutivo no le hizo ninguna gracia que a 4.000 kilómetros de distancia reventaran una remodelación en la que trabajaba con todo sigilo desde hacía varios días. El que desde sus propias filas se hiciera público un cambio que todo presidente del Gobierno gusta conservar en el máximo secreto -”es una de las escasas potestades que ejerce en solitario-” descabaló toda su agenda. Lo urgente era regresar a España cuanto antes, pero los compromisos con el primer ministro turco complicaron el asunto.

Ya el domingo había hecho el feo a Recep Tayyip Erdogan de retrasar dos horas su cita para poder reunirse con Obama en Praga, con lo que la primera Reunión de Alto Nivel hispano-turca quedó deslucida. Salir a toda prisa tras la intervención en el foro, a primera hora de la mañana, habría supuesto un desaire hacia una iniciativa de la que él y Erdogan son copatrocinadores. Y no estar presente en la recepción que las autoridades turcas ofrecieron por la noche a los gobernantes asistentes, el único acto al que se sumó el presidente de Estados Unidos, no era posible.

Aunque el primer ministro turco tenía mucho interés en que se quedara hasta el mediodía del martes para participar en un acto universitario en el que ambos iban a ser investidos honoris causa, sólo quedaba una salida: regresar a España tras la cena.

Así se hizo para cerrar este martes desde La Moncloa los últimos flecos de la crisis y comunicar al Rey unos cambios ya aireados por los medios de comunicación.

Lo cierto es que Zapatero no dio muestras de estar muy centrado en Estambul en las actividades de la Alianza de Civilizaciones. En lugar de leer el discurso preparado para abrir el foro, se lanzó a improvisar y acabó construyendo con lentitud frases de gramática imposible. Unas horas después, se perdió la foto de familia, según sus colaboradores por puro despiste, porque estaba con algunos de los participantes en el foro. Pero al rato de esta no-foto llegó al hotel para posar en la, ahora sí, foto de familia al completo. Ninguno de los miembros de su gabinete, a excepción de los portavoces oficiales, apareció para explicar nada en contra de lo habitual.

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