cambio de gobierno
José Blanco, nuevo titular Fomento, debe mantener el ritmo de mejoras en infraestructuras
El nuevo ministro de Fomento, José Blanco, tiene ante sí el reto de mantener el ritmo de mejoras en las infraestructuras impuesto por la antecesora en el cargo, Magdalena Álvarez.
Para ello, Blanco cuenta con el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes 2005-2020 (PEIT), aprobado por el Gobierno en la anterior legislatura, que contempla una inversión total de 250.000 millones de euros, y que tiene destinado el 50 por ciento al ferrocarril, el 25 por ciento a las carreteras, y el resto a aeropuertos y puertos.
A corto plazo Fomento debe cumplir con la promesa realizada de inaugurar la conexión del tren de alta velocidad entre Madrid y Valencia, así como mantener el ritmo de trabajo en los proyectos de los ejes Norte-Noroeste, que corresponden, entre otros, a las líneas Orense-Santiago, eje Atlántico gallego, Valladolid-Vitoria, Palencia-Asturias y Santander.
Y más a medio plazo con la alta velocidad en la denominada Y vasca, y en el tramo entre Murcia y Almería.
Para todo ello, el presupuesto previsto para el 2009 se ha elevado a 1.894 millones de euros.
Asimismo, Blanco debe consolidar el desarrollo de Renfe Operadora, dependiente de Fomento, que se está preparando para la entrada de competidores, tanto en el transporte de mercancías como en el de pasajeros.
Esta sociedad prevé incorporar tres trenes de pasajeros y una locomotora de mercancías cada semana en los próximos dos años, con lo que entre los años 2004 y 2010 se habrán adquirido un total de 560 trenes de viajeros y 100 nuevas locomotoras de mercancías.
Para ello se ha aprobado una inversión en el 2009 de 1.346 millones de euros, para incorporar 177 trenes nuevos, con lo que a finales de año Renfe contará con 1.194 unidades, de las que 639 pertenecerán a Cercanías; 104 de alta velocidad; 89 de alta velocidad variable y 352 unidades para ser empleados en las líneas convencionales.
En cuanto a las carreteras, deben finalizarse completamente la autovía de la Plata y la conocida como Mudéjar, así como las construidas entre Cantabria y la Meseta (A67), Ávila y Salamanca (A-50), entre Cáceres y Trujillo (A-58); de Córdoba a Málaga (A-45) y de Granada a Motril (A-44).
También se va a encontrar el nuevo ministro ante los avances que se deben llevar a cabo en la Autovía del Mediterráneo; en la de Extremadura a la Comunidad Valenciana; en la de Navarra y en la de Santiago a Lugo, entre otras obras.
Respecto a los aeropuertos, considerados en el PEIT de menor inversión, Blanco debe asumir el acuerdo de la semi privatización de AENA anunciado por Magdalena Álvarez, con la entrada en la propiedad aeroportuaria de capital privado y de las propias autonomías.
También deberá estar atento a la posible aparición de nuevos intentos de realización de aeropuertos totalmente privados al margen de AENA, como por ejemplo el inaugurado este año en Ciudad Real, y que puede ser en el futuro competencia de alguno de la red estatal.
Así mismo, él será el encargado de comentar el informe definitivo sobre el accidente del avión de Spanair del pasado 20 de agosto en el que murieron 154 personas, dado que durante su mandato en Fomento se deberá hacer público.
Otro reto en este caso es el de continuar con las inversiones destinadas a aumentar la seguridad de forma integral, así como adaptar la capacidad de las infraestructuras y servicios a la demanda futura del transporte aéreo, y aumentar la operatividad, dado el crecimiento que se espera en el sector en los próximos años.
Por último, Magdalena Álvarez deja encima de la mesa la nueva Ley de Puertos del Estado, cuyo anteproyecto fue aprobado hace dos semanas por el Gobierno y que ahora debe pasar el trámite parlamentario para su entrada en vigor, y que ha levantado más de una ampolla en el sector, sobre todo el los trabajadores de la estiba.
Si todos estos retos se encuentran en el marco nacional, en el internacional también tiene trabajo que desarrollar el nuevo ministro, como es continuar con las negociaciones y acuerdos llevados a cabo con algunos países para que las empresas españolas de infraestructuras les sirvan de asesores.
En este aspecto destacan los convenios firmados con Rusia para la colaboración de Renfe y Adif con empresas de ese país y prevé el desembarco de sociedades españolas para la creación de entidades mixtas para el desarrollo de la alta velocidad ferroviaria en ese país