| Crónica | Sin vacaciones |
Toca quedarse en Madrid sin puente
madrid
El presidente del Gobierno y sus ministros tendrán que conformarse con ver las procesiones por televisión y comerse las torrijas en Madrid. Se quedan sin vacaciones de Semana Santa y trabajarán en sus despachos, que no están los tiempos para abandonarse a la molicie ni al ocio. La crisis está en casa, ha venido para quedarse y hay que buscar la manera de echarla; así que de campo y playa, nada. «Estos cuatro días vamos a trabajar», sobre todo los nuevos, ya que no hay «la presión del despacho, ni del día a día», explicó la vicepresidenta y cabo furriel de la tropa gubernamental.
Fernández de La Vega, en su afán de convencer de que la remodelación del Ejecutivo no supone un paréntesis laboral, aseguró tras el Consejo de Ministros que los vicepresidentes y ministros entrantes son tan competentes que trabajan ya a «pleno rendimiento», pese a que casi ni habían pisado el despacho entre tomas de posesión, las tres fotos de familia y la primera sesión de Consejo de Ministros.
Antes, cada uno acudió al que será su próximo lugar de trabajo para la protocolaria, y cada vez más verbenera, toma de posesión con la correspondiente entrega del portafolio por el antecesor; maletines, por cierto, que en algún caso estaba sin la rotulación correcta pues no dio tiempo a grabar el nuevo nombre. Manuel Chaves, por ejemplo, todo un vicepresidente tercero y ministro de Cooperación Territorial, se tuvo que conformar con la cartera de Administraciones Públicas.
La vicepresidenta parecía el niño del bautizo, la novia de la boda y el muerto del entierro: estuvo en las seis ceremonias para dejar claro que su estrella, de eclipsarse, nada de nada. Fue testigo sonriente con su chaqueta morada y broche dorado de todos los relevos. La farándula fue a la toma de posesión de la nueva ministra de Cultura, pero la que más miradas atrajo fue de la José Blanco en Fomento, con Florentino Pérez y Esperanza Aguirre incluidos.