Diario de León

Un nuevo sistema aliviaría las tensiones del tripartito catalán y ofrecería estabilidad al Gobierno

Zapatero urge a Chaves y Salgado a cerrar la financiación autonómica

El Ejecutivo diseña un sistema para que las medidas económicas lleguen antes al ciudadano

Chaves, Fernández de la Vega, Zapatero y Salgado, durante la reunión de ayer en el Palacio de La Mon

Chaves, Fernández de la Vega, Zapatero y Salgado, durante la reunión de ayer en el Palacio de La Mon

Publicado por
Ramón Gorriará
León

Creado:

Actualizado:

madrid

El presidente del Gobierno y sus tres vicepresidentes prosiguieron ayer el carrusel de reuniones con el que tratan de mostrar un dinamismo para hacer frente a la crisis que no existía antes de la remodelación del Ejecutivo del pasado martes. José Luis Rodríguez Zapatero recibió durante hora y media en su despacho a María Teresa Fernández de la Vega, Elena Salgado y Manuel Chaves, y acordaron poner en marcha una estrategia para que las medidas económicas lleguen cuanto antes a los ciudadanos. Pero sobre todo, el jefe del Ejecutivo urgió a sus vicepresidentes segundo y tercero para que cierren ya con las autonomías el modelo de financiación.

Las prisas por establecer un nuevo sistema de financiación no son gratuitas. Un acuerdo en esta materia, además de aliviar las tensiones que soporta el Gobierno tripartito catalán presidido por el socialista José Montilla, aseguraría la estabilidad del Ejecutivo de Zapatero en el Congreso, un terreno en el que se mueve en precario. Un pacto sobre el nuevo modelo de financiación con Cataluña, y el resto de comunidades, supondría que el PSOE podrá contar en el Parlamento con el respaldo de los tres diputados de Esquerra Republicana y el de Iniciativa per Catalunya, socios del tripartito catalán. No así con el de los diez parlamentarios de CiU, formación que ha decidido no apoyar el sistema de financiación sea cual sea para llegar a las elecciones catalanas de 2010 liberado de cualquier tipo de ataduras con los socialistas

Los cuatro diputados de Esquerra e Iniciativa sumados al de IU, los dos del Bloque Nacionalista Galego y los dos de Coalición Canaria permitirían a los socialistas articular una mayoría parlamentaria que ahora no tiene, una orfandad que arrastra al grupo gubernamental por el camino de la amargura, además de maniatar la capacidad legislativa del Ejecutivo, que frena sus proyectos de ley ante la inseguridad de sacarlos adelante en el Congreso.

No será fácil, sin embargo, sellar este acuerdo con la Generalitat de Cataluña. Por un lado, el continuo incumplimiento de los plazos por parte del Gobierno ha enrarecido el clima de la negociación. La primera fecha tope para llegar a un acuerdo estaba fijada para agosto del año pasado por el Estatut, y se incumplió; la segunda, fue pactada para diciembre pasado por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega con el consejero Joan Saura, pero tampoco se llevó a efecto; la tercera, se situó en marzo pasado, y de nuevo se quebrantó.

Dinero

Y por otro lado, las carencias económicas del Ejecutivo por la crisis dificultan el acercamiento. La Generalitat reveló que la oferta gubernamental era aportar 1.200 millones de euros adicionales a Cataluña en el primer año de vigencia del nuevo modelo para llegar a los 2.000 millones en el tercero. La propuesta fue rechazada por el Ejecutivo de Montilla. El Gobierno, entonces con Pedro Solbes al frente de la negociación, advirtió que no tenía margen para subir su oferta. Así las cosas, Chaves y Salgado tendrá que ingeniárselas con estos mismos mimbres para llegar a un entendimiento, de ello depende la estabilidad parlamentaria de Rodríguez Zapatero y hasta la de Montilla en Cataluña.

No fue la única misión que encargó el jefe del Ejecutivo a sus lugartenientes. Tendrán que arbitrar medios para que las medidas anticrisis impacten cuanto antes entre la ciudadanía. Fuentes gubernamentales señalaron que los vicepresidentes presentaron en la reunión «un método de trabajo» para que los mecanismos de respuesta económica sean «más rápidos y eficaces». Se trata, añadieron las fuentes, de «acortar los plazos» burocráticos en la aplicación de las medidas. El Gobierno, sin embargo, no precisó los detalles de esta metodología.

La reunión del presidente del Gobierno con sus más estrechos colaboradores no fue la única del día. Al salir de la Moncloa, la vicepresidenta segunda se entrevistó con el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, para revisar las políticas de empleo y evaluar el efecto de las medidas adoptadas para atender al creciente número de parados.

tracking