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Martitegi quería atentar con un comando que descartó Txeroki hace seis años al estar «quemado»

ETA ultimaba un coche-bomba para atacar la investidura de López

La policía cree que Gorka Azpitarte, también detenido, tenía ya un puesto relevante en la banda

Los periodistas hicieron guardia en la comisaría de Montpellier donde estaba el etarra Jurdan Martit

Publicado por
Melchor Sáiz-Pardo
León

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Actualizado:

madrid

ETA planeaba reventar con un coche-bomba la investidura del socialista Patxi López como lendakari, prevista para los próximos 4 y 5 de mayo en Vitoria. Lo desveló ayer en Londres el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que precisó nuevos datos sobre la pretensión del comando legal de ETA desarticulado por la policía el pasado sábado de atentar contra el nuevo gobierno vasco.

Según informó Rubalcaba, entre los efectos incautados por la Subdirección Antiterrorista gala al jefe de los comandos de ETA, Jurdan Martitegi, está un documento del que se «deduce que su pretensión era entregar un vehículo, en este caso una furgoneta, probablemente con explosivos a este comando a finales del presente mes».

Según el ministro, los servicios policiales de Información «trabajan con la hipótesis» de que el vehículo embutido de explosivos iba a ser colocado «en los días cercanos al debate de investidura» para, como es habitual en ETA, «hacerse presente, que siempre es su gran objetivo». Rubalcaba señaló que esta tesis se apoya en la coincidencia temporal entre el envío de la furgoneta y el hecho comprobado de que ETA tiene «la nefasta manía de querer estar siempre presente en los grandes acontecimientos de la vida política». El ministro aseguró desconocer cuál era el objetivo.

Mandos de la lucha antiterrorista precisaron que el documento hallado no desvela el lugar, aunque dan por seguro que los receptores de la furgoneta-bomba iban a ser los integrantes del comando desmantelado el sábado y que tenía su base en Vitoria, donde residían cinco de los siete componentes del grupo, incluido su jefe Alex Uriarte, detenido en la localidad gala de Montauriol junto a Martitegi.

La policía retomó este lunes los interrogatorios de los seis arrestados en España: Igor García, Sergio Bravo, Jonathan Guerra, Olaritz Arakama, Asier Ortiz de Guinea y Gorka Iriarte. Mandos de la lucha antiterrorista desvelaron ayer que la «gran mayoría» de los detenidos estaban sometidos a «estrecha y continuada vigilancia» desde entonces, hace ya seis años.

Algunos de sus nombres habían aparecido ya en la investigación del atentado en Vitoria en febrero del 2000 que terminó con la vida del dirigente socialista Fernando Buesa y su escolta, el erzaina Jorge Díez. Se sospechaba que colaboraban con ETA, pero las pesquisas no llegaron a buen puerto. La causa es que el entonces jefe militar, Garikoitz Aspiazu Txeroki, a pesar de la buena disposición de la célula durmiente, rechazó movilizar a Ortiz de Guinea y Gorka Iriarte por considerar que ellos y sus compañeros de cuadrilla estaban quemados y suponían un riesgo para la organización.

Sin embargo, y para sorpresa de los agentes, Martitegi recurrió a ellos hace sólo unas semanas para encomendarles la vanguardia de la ofensiva terrorista, lo que prueba la «extrema necesidad» por la que pasa ETA. Lo que no ha sido sorpresa ha sido la detención del liberado Gorka Azpitarte en Francia. Se sabía que estaba en el aparato militar y se supone que había ascendido bastante.

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