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Los nacionalistas limitaban su compromiso al pueblo vasco y no juraban siquiera el Estatuto

El nuevo Gobierno vasco echa a andar con lealtad a la Constitución

El consejero de Interior anuncia que combatirá a ETA con todo el Estado de Derecho

Patxi López con su nuevo gobierno autonómico en el palacio de Ajuria Enea

Publicado por
León

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j. g. | vitoria

Cuatro lo hicieron en euskera, cinco en castellano y uno en las dos lenguas. Así tomaron ayer posesión de cargo los diez consejeros del Gobierno vasco del socialista Patxi López. La liturgia, como ocurrió en el caso del lehendakari, también varió respecto a la etapa nacionalista. Se comprometieron a desempeñar sus cargos «con lealtad a la Constitución y al Estatuto de Autonomía» y estar al servicio de «la ciudadanía vasca».

La diferencio no es inocua ya que los consejeros de Juan José Ibarretxe nunca hicieron una mención en sus tomas de posesión a esas dos leyes sino que aludieron de forma genérica a la ley. También fue nueva la alusión a la ciudadanía puesto que los nacionalistas se declaraban al servicio de «Euskadi». Una diferencia que es una declaración de intenciones sobre los valores que guiaron y guiarán a unos y otros.

Los nacionalistas no se sentían concernidos por la Constitución y el Estatuto y su compromiso era con el pueblo vasco. Los socialistas han colocado ambas normas en el frontispicio de su futura gestión y se declaran tributarios de todos los ciudadanos del País Vasco.

De los diez consejeros, cinco mujeres y cinco hombres, seis socialistas y cuatro independientes, siete prometieron cumplir las obligaciones del cargo, dos lo juraron, y una, ambas cosas. Lo hicieron en el vestíbulo principal del palacio de Ajuria Enea en una mesa desprovista de símbolos religiosos con el único atrezzo de una ikurriña y un ejemplar del Estatuto de Gernika elaborado para la ocasión.

Al igual que en la toma de posesión de Patxi López, no hubo discursos y sólo comentarios informales en la posterior recepción en los jardines de la sede de la Presidencia del Gobierno vasco, a la que acudieron numerosos familiares de los nuevos gobernantes y simpatizantes socialistas. La representación institucional corrió a cargo del presidente del Senado, el socialista Javier Rojo, la presidenta del Parlamento vasco, la popular Arantza Quiroga, y delegado del Gobierno en la comunidad, Mikel Cabieces. El acto concluyó con la foto del nuevo Gobierno en las escalinatas del palacio de Ajuria Enea.

Quien sí habló fue el consejero de Interior, Rodolfo Ares, pero lo hizo en la academia de la Ertzaintza, donde mantuvo una breve reunión con su antecesor, Javier Balza. El nuevo titular de las fuerzas de seguridad vasca garantizó que la policía autónoma combatirá a ETA «con todos los instrumentos del Estado de Derecho» y se comprometió a mejorar los medios humanos y materiales de los ertzainas en la lucha antiterrorista.

Ares reiteró lo que va a ser uno de los ejes de la persecución a ETA del Ejecutivo socialista: «no debe haber espacios de impunidad» para los terroristas ni para sus simpatizantes. Para alcanzar este objetivo se comprometió a impulsar «la deslegitimación ética y social» del terrorismo en todos los ámbitos. El nuevo consejero también tuvo un recuerdo para los agentes de la Ertzaintza caídos a manos de ETA, y que murieron «por defender la democracia, la libertad y los derechos de toda la ciudadanía». Su memoria, agregó, será «una referencia y un acicate». También tuvo un guiño optimista sobre el final del terrorismo y, dirigiéndose al presidente de los socialistas vascos, Jesús Egiguren, uno de los artífices del frustrado proceso de paz, afirmó: «tu sueño de una Euskadi en paz y libertad va a convertirse pronto en realidad».

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