Las minorías venden caro su apoyo
madrid
José Luis Rodríguez Zapatero no debe esperar una palabra amiga o un gesto de complicidad cuando los portavoces de los grupos minoritarios del Congreso suban hoy y mañana a la tribuna del Congreso para intervenir en el debate.
Todos, tanto los grupos de izquierda como los nacionalistas, descalificarán el trabajo del Gobierno, criticarán su incapacidad ante la crisis y le acusarán de múltiples incumplimientos. Algunos le ofrecerán sus escaños para sacar al Gobierno de la actual soledad parlamentaria, pero pondrán duras y concretas condiciones si aspira a contar con su apoyo. Todos le recordarán que si no satisface ahora sus demandas no tendrá con quien aprobar dentro de unos meses los Presupuestos del 2010.
Por si fuese poco, el presidente del Gobierno sufrirá en esta segunda parte del debate el fuego ideológico cruzado. Si acepta las condiciones y propuestas económicas que la izquierda parlamentaria le exige para inaugurar una etapa de colaboración más o menos estable, tendrá que rechazar las reclamaciones liberales de CiU y ahondar aún más en su distancia con el PNV.