Aguilar ajusta cuentas con Mayor Oreja con su posición sobre el aborto

Juan Fernando López Aguilar salió tocado de su primer debate televisado con Jaime Mayor Oreja y quería revancha. El cabeza de lista de los socialistas acudió al segundo cara a cara contra el candidato popular con la carpeta llena de cuentas pendientes y cargado de respuestas que la semana anterior se habían quedado en la recámara. Las disparó todas, una a una, para intentar arrinconar a su rival en la derecha extrema y sacó especial jugo de las declaraciones que el dirigente del PP hizo en apoyo de monseñor Cañizares y su afirmación de que más grave es el aborto que los casos de pederastia.

Tocó una tecla sensible. Logró romper el habitual tono sereno y lineal que Mayor Oreja había impuesto en su primer rifirrafe y lo obligó a viajar al pasado para orquestar una línea de defensa. El candidaato del PP recurrió a lo largo de los tres cuartos de hora que duró el programa a los Gal, al caso Roldán y a su época como miembro del Gobierno de José María Aznar. «Pretende crear una imagen retorcida del PP-”señaló-” ¡Si los españoles me conocen! saben que cuando fui ministro del Interior nadie robó, nadie fue procesado por crímenes de Estado y jamás secretos de sumario repartidos a los medios de comunicación».

Su última frase era un reproche sobre las filtraciones del caso Gürtel que salpica a su partido. El socialista no quiso entrar en esta cuestión y defendió el uso del Falcon por Zapatero, un tema que esquivó Mayor Oreja aunque es uno de los principales argumentos de su partido.

López Aguilar forzó el cuerpo a cuerpo con la polémica sobre la ley de interrupción voluntaria del embarazo para acusar a los populares de «doble moral e hipocresía» y defender con una vehemencia que no empleó hace una semana que su contrincante se sitúa en este debate en un momento previo al actual, el de aborto sí o aborto no.

Mayor replicó que el PSOE está «obsesionado por ridiculizar y retratar equivocadamente» sus posiciones. Se definió como una persona «decente y normal» y echó en cara al Gobierno que esté transformando «una tragedia y un mal en un derecho» y de obviar que la futura ley condiciona el desarrollo de seres humanos.

El socialista también aprovechó la ocasión para ilustrar con gráficos coloridos su afirmación de que los socialistas han duplicado las becas y los presupuestos en educación. Era una espina que le había quedado pendiente del debate anterior porque el dato había sido negado con firmeza por Mayor Oreja.

El popular jugó con dos bazas: la elevada cifra de desempleo para echar por tierra el discurso social del PSOE y su veteranía política para generar confianza. Pero además echó mano de su condición de víctima y militante antiterrorista para acusar a los socialistas de arrinconar a quienes no comparten su moral .«Tratan de amedrentar a las personas -”reprochó-” Yo siempre he defendido la libertad, con Nicolás Redondo, con Rosa Díez, y seguiré haciéndolo porque sé lo que es defensa de la libertad lo he sufrido en propia carne». «Me criminalizó ETA y el PNV, ahora no lo haga usted».