Las últimas alertas obligan a intensificar el control sobre aves en el aeropuerto de León

«De momento, el riesgo es bajo, pero no lo podemos menospreciar», afirmó el teniente coronel Fernando Ruano, jefe del Grupo de Apoyo del Aeródromo de La Virgen del Camino en relación a la creciente presencia de aves en el aeropuerto de León, lo que empieza a ser un problema en potencia para la seguridad de los vuelos civiles y militares que aterrizan o despegan desde estas instalaciones cada año. Sólo en el último semestre se han producido 5.266 operaciones en las pistas de León: 2.110 comerciales, 1.656 de carga y 1.500 en la Academia Básica del Aire.

Los últimos avistamientos de fauna en pista por parte de los pilotos -”se trata de pájaros, conejos y perros-” han obligado a retrasar el aterrizaje de varios aviones en los últimos meses. Estos hechos han despertado la alarma sobre un fenómeno que ya había detectado el Ejército, pero que no había trascendido a la opinión pública. El movimiento de tierras ejecutado en el entorno del aeropuerto para ampliar las pistas -”superó los cuatro millones de metros cúbicos-” alteró el hábitat y provocó la creación de una pequeña laguna en cuyo entorno empiezan a asentarse ánades y otro tipo de aves, como cigüeñas y córvidos.

Todavía sin nido. No están anidando, pero su presencia es cada vez mayor. Y las recientes noticias del sector no son muy tranquilizadoras. Sólo hay que recordar el amerizaje sobre el Río Hudson de Nueva York de un avión comercial tras chocar con una bandada de pájaros o el retraso del primer vuelo del nuevo Prat por la presencia de gaviotas en las pistas.

El aeropuerto y el aeródromo no disponen de un servicio permanente de control de fauna como el que tienen 36 aeropuertos de todo el país, pero es una posibilidad que ya se empieza a plantear y que, probablemente, llegue a ser presentada ante la Junta de Seguridad en Vuelo que se reúne cada mes para cotejar este tipo de incidencias.

El teniente coronel Ruano explicó que «ya se ha intensificado» la vigilancia en el perímetro de las pistas a cargo del equipo que se encarga de controlar la seguridad antes de cada operación, sobre todo en las zonas noreste y suroeste, que son los puntos de aproximación de los aviones y, en consencuencia, los más conflictivos. «Las aves peligrosas son las que más cerca están del suelo», precisó. En tal sentido, las aves migratorias no están dando todavía problemas, pero sí pueden dar, y muchos, las diversas especies estacionarias.

Los militares han realizado un estudio ambiental para favorecer la expulsión de cualquier especie faunística del perímetro del aeropuerto y una de las actuaciones que pretendían acometer, como era la creación de pantallas vegetales, no es finalmente aconsejable por asuntos de seguridad. La cetrería es otra de las opciones probadas para ahuyentar a diferentes tipos de aves, pero, según los militares, la tipología de las que habitan en el aeropuerto de León no responden a la presencia disuasoria de las aves rapaces.