El mejor alcalde, el Rey

-” Presidente Herrera ¿usted está en el Facebook?

-” Yo no necesito redes sociales para hacer amigos. Sé que en León creen que soy un poco seco, pero no llega a tanto el tema.

-”Pero es que (Antonio) Silván sí está agregado...

-”¿A ver si es que lo necesita para hablar con Isabel Carrasco? (Risotada general de la concurrencia).

La charla distendida entre el presidente de la Junta de Castilla y León y una periodista anónima (pista única: firma en la página anterior) puso el dulce a una mañana que agrió la sorprendente ausencia de representación del equipo de gobierno municipal de la capital.

Escribió Lope de Vega en 1623 El mejor alcalde, el Rey . En la obra, un despechado agraviado se dirigía a León para pedir justicia al Rey. Ayer en la Base Aérea, nadie de León vino a ver al rey, como hubiera sido de justicia, alegando no se sabe qué despecho. Parece lo mismo, pero no es igual.

Así que el resto de anécdotas que jalonaron la mañana, quedaron relegadas a la segunda línea de formación: Miguel Alejo cantando a pleno pulmón La muerte no es el final , el himno a los caídos por el Ejército; el peculiar matrimonio que conforman las cejas del monarca y su gorra de plato, que se mueven siempre al unísono; los desvelos del personal del cátering por no tener que salir corriendo a buscar chorizo de León para satisfacer a Su Majestad, como el año pasado; la interpretación del pasacalle Los Nardos en el cierre del desfile (Aquello de Por la calle de Alcalá ...) y cien batallitas más, nunca mejor dicho.

Por aquí un avión confeccionado con pasta, a medio camino entre lo decorativo y lo apetitoso. Por allá, una tarta decorada con el escudo de León. Tras la mesa, la Reina departiendo con Isabel Carrasco. Y temperaturas tales que en el patio de armas cayeron unos cuantos suboficiales y en el transcurso del ágape unos cuantos vasos. Daños colaterales, que se dice.

A Lope de Vega se le copió también el argumento a la hora de la despedida. Como en Fuenteovejuna , todos a una.