Aprobado el nuevo sistema de financiación autonómica con la abstención del PP
Las comunidades socialistas apoyan el modelo, mientras las populares negociarán su aplicación
El nuevo sistema de financiación para las autonomías nace sin el apoyo del primer partido de la oposición y gracias a la disciplina de las comunidades gobernadas por los socialistas. El Consejo de Política Fiscal y Financiera dio el visto bueno ayer a un nuevo modelo que modifica por completo el actualmente vigente y supone una aportación adicional por parte del Estado de 11.000 millones de euros, de los que el 58% se repartirán este año.
Bajo la presidencia de la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, y del vicepresidente de Política Territorial, Manuel Chaves, los consejeros de Hacienda de las 17 autonomías discutieron durante cuatro horas las líneas fundamentales sobre las que se asentará el nuevo marco financiero en el que las administraciones autonómicas tendrán que garantizar la prestación de servicios en un ciclo de grave crisis económica.
Este contexto condiciona de hecho la propia filosofía del modelo.
Salgado admitió que el fondo de competitividad, de nueva creación, servirá para neutralizar la tentación de una bajada de impuestos unilateral que, según su criterio, perjudicaría al conjunto.
El modelo que propuso el Ejecutivo central contó con el respaldo mayoritario de las siete autonomías con socialistas en su gobierno (Cataluña, Andalucía, Castilla-La Mancha, Asturias, Extremadura, Cantabria y Baleares), Canarias y la ciudad autónoma de Ceuta. La ciudad autónoma se decantó por el sí tras recibir ayer el compromiso de una aportación adicional de 1,5 millones de euros para financiar unas competencias que, según dijo Salgado, habían caído en el olvido.
1397124194 Frágil consenso. Aunque el nuevo sistema no recibió ningún voto en contra, comenzó su andadura con un frágil consenso porque las seis autonomías con gobiernos populares (Madrid, Comunidad Valenciana, Galicia, La Rioja, Murcia y Castilla y León) y la ciudad autónoma de Melilla, le negaron su apoyo y se abstuvieron en la votación. Todos los responsables de comunidades del PP criticaron el procedimiento y los contenidos de la reforma y expresaron el rechazo con una posición común marcada desde la dirección nacional del partido, aunque hasta el último momento se debatieron entre el voto en contra y la abstención.
El primer partido de la oposición hizo valer así su protesta por no haber participado en la negociación del modelo para la que el Gobierno eligió como interlocutoras a las comunidades autónomas. En el Consejo de Política Fiscal y Financiera, los consejeros populares añadieron a su posición política en la votación discursos muy críticos con el modelo que consideran territorialmente «insolidario», «perjudicial para toda España», que «acrecienta la desigualdad», es «poco transparente» y prevé «repartos heterogéneos» que favorecen sobre todo a las autonomías con gobiernos afines al Ejecutivo central, en concreto, al tripartito catalán. Los populares sostienen que el nuevo modelo es «una chapuza» de aplicación incierta, fruto de la improvisación y dictado por las necesidades de Zapatero que, en lugar de buscar un pacto de Estado con el PP, optó por asegurarse las alianzas parlamentarias que necesita para aprobar los próximos Presupuestos.