La modificación del callejero obligará a 4.500 ciudadanos a cambiar de dirección
Cambiar de nombre a una calle es algo más que un gesto simbólico. Una vez que se han pasado todos los trámites municipales para que una denominación llegue a pleno y sea aprobada por los concejales, llega un segundo momento, que en realidad es el más temido por sus vecinos. Cualquier cambio supone también modificar la dirección postal y, por consiguiente, se requiere un tiempo de adaptación para dar aviso a los remitentes habituales de correo ordinario. La era informática facilita estos cambios, pero no hasta el punto de que los residentes dejen de tener problemas con las cartas, como ocurrió con los cientos de habitantes a los que afectó el cambio de denominación de General Sanjurjo por Gran Vía de San Marcos. Estos inconvenientes no pasan desapercibidos para el edil de Personal y Régimen Interior, Ibán García del Blanco, quien considera que se debe reflexionar mucho sobre las calles en las que reside un mayor número de ciudadanos, puesto que una modificación supondrá cambios para muchos vecinos. En total, según los datos facilitados por el edil, hay 4.658 ciudadanos que a día de hoy se verían afectados por el renombramiento de las veinte calles que entran en el listado del Ayuntamiento. Sin duda es Fernández Ladreda, con 1.944 habitantes, la vía con mayor número de afectados. En todo caso, será difícil evitar el cambio de nombre de esta calle dedicada al represor José María Fernández Ladreda, alcalde de Oviedo y ministro de Obras Públicas al que quiso dedicarse el primer tramo de circunvalación que tuvo León, hoy convertida en una de las arterias más importantes de la capital leonesa. Existen listados renovados cada cierto tiempo con propuestas de nombres y, en este sentido, suelen tener especial protagonismo las asociaciones y entidades sociales y políticas de todo tipo. La última propuesta de cambio de calles recibida en el Ayuntamiento de León es la del Partido Comunista de Castilla y León, en la que pide que la denominación de cualquiera de las calles o plazas que aún llevan el nombre de personajes que participaron en la ilegal sublevación militar, en la Guerra Civil por el bando fascista y en el posterior periodo dictatorial sea sustituida por el de II República, denominación propuesta para la Glorieta de Pinilla.