«Nunca imaginé que una máquina vendimiara»

Si alguien sabe de la tradición vinícola de Valdevimbre ése es Waldo Álvarez Martínez, de 75 años de edad y dedicado la mayor parte de ellos al negocio del vino. «Teníamos vinateros en Asturias que nos compraban el vino, pero todo aquello ha cambiado mucho», señala. Es como un museo vivo cuando describe el oficio en aquellos años: «Los cestos eran de mimbre, se recogía a mano y se podaba de obra manera. Nadie hubiera imaginado que una máquina pudiera vendimiar. Incluso si nos lo llegan a decir, lo hubiéramos negado una y otra vez».