La maternidad y el arrullo del tiempo
La vieja escuela de Cerezales del Condado se ha convertido en un centro cultural de primer orden. Acompañando a la magnífica exposición de Eduardo Arroyo, se presentaron también, dos obras escultóricas que figuran a ambos lados del edificio sobre sendas superficies de césped. Dos esculturas de primera magnitud.
En la cabecera, una monumental Maternidad, de la artista astorgana Castorina. Una obra muy característica en el trabajo de la escultora, siempre comprometido con la mujer, y en la que destaca el poderoso movimiento que proporciona a las figuras la línea curva. Una escultura de inmaculada blancura que contrastaba ayer con un cielo tormentoso y oscuro.
A los pies del edificio de la fundación, el artista japonés, residente en la provincia leonesa desde hace algún tiempo, Tadanori Yamaguchi, ha creado una fuente, que como contraste con la escultura de Castorina, está basada en figuras geométricas de líneas rectas. El protagonismo en ella lo tiene el sonido del agua, por eso la ha titulado, El arrullo del tiempo.
La Fundación Cerezales sigue su camino, ya anuncian un festival de jazz, otro de títeres, nuevos filandones-¦ e infinidad de actividades didácticas.