Diario de León

Se tambalea un negocio que genera al menos 3.000 empleos en la provincia

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m. j. muñiz | león
León

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Muchas expectativas ha levantado el negocio eólico en León, no sólo por la riqueza que genera como fuente de energía fuertemente subvencionada y primada en la generación, sino por el negocio alternativo que propicia y por los puestos de trabajo que sustenta, algo especialmente valorado en la provincia.

León se incorporó con cierto retraso en la comunidad al negocio eólico: las primeras instalaciones en Castilla y León se levantaron en 1998, y la provincia no comenzó a generar energía del viento hasta el 2003. Eso sí, en pocos años ha visto crecer sensiblemente su aportación a un negocio que se considera uno de los grandes potenciales de futuro de la comunidad.

De hecho, las últimas autorizaciones de la Junta contemplan que la provincia duplique su generación eólica en empresas acogidas a un marco de primas que será más beneficioso que los que se fijen en el futuro.

El caso es que sólo en los parques eólicos en funcionamiento y autorizados se calcula que los puestos de trabajo directos que quedarán una vez que estén en funcionamiento rondarán los 300, según fuentes del sector empresarial. A ellos hay que sumar el contingente de personas que trabajan durante la instalación de los aerogeneradores.

La primera en resentirse. De cualquier forma, la primera en resentirse de las inseguridades de la regulación del sector ha sido la industria proveedora de material eólico, que había apostado en pocos años con mucha fuerza por León. De hecho, hace un año eran unos 2.200 los trabajadores contratados en las plantas de componentes eólicos ubicadas en la provincia. Poco después Vestas anunció una ampliación de sus instalaciones (y su plantilla) en Villadangos; a los que habría que sumar los puestos que genere en La Robla la empresa Metalúrgica del Principado, dedicada a la fundición para eólicas y constituida con una aportación de los fondos Miner.

Junto a ellas funcionan en la provincia la que era mayor industria del sector en la provincia, LM Composites; Comonor, Coiper 2000, Castellano Leonesa de Composites y otra serie de pequeñas sociedades constituidas para abastecer y dar servicio a estas.

En los últimos meses tanto LM como Comonor han recurrido a los expedientes de regulación de empleo para afrontar el poco claro horizonte del sector. En total la industria eólica ha perdido más de 1.300 de los puestos de trabajo directos generados; a los que habría que sumar otros al menos 200 empleos de los transportistas que se dedicaban a trasladar los componentes eólicos, según fuentes del sector empresarial.

La paralización del sector en la provincia puede traducirse en nuevas pérdidas de empleo.

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