El ex novio de la joven Laura Alonso confiesa ser el autor de su asesinato
Javier Cruz García ya había sido citado a declarar, como testigo, en dos ocasiones desde la desaparición de su ex pareja, mientras se llevaba a cabo su búsqueda
Varios familiares de Laura Alonso participaron en la búsqueda del cadáver.
Después de mes y medio sin llegada de cayucos, dos embarcaciones con 15 inmigrantes irregulares, uno de ellos fallecido, llegaron ayer a las costas del archipiélago canario. La primera, con diez personas a bordo, fue localizada durante la madrugada por efectivos de la Guardia Civil cuando se encontraba a una milla de las playas de Lanzarote. Una patrullera del instituto armado escoltó la nave hasta el puerto de Arrecife, donde los inmigrantes fueron atendidos por la Cruz Roja. Los médicos enviaron a uno de los subsaharianos con problemas de salud al hospital general de Lanzarote.
La segunda embarcación llegó a Tenerife, a la zona conocida como Cueva del Trigo, en Granadilla de Abona, al sur de la isla. En la barcaza viajaban cuatro inmigrantes varones y adultos que llegaron sanos y salvos. Los subsaharianos traían consigo el cadáver de un compañero que murió en la travesía.
La muerte de este inmigrante fue lamentada por la consejera de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, Inés Rojas, quien dijo esperar que estos desembarcos no sean el preámbulo de «un repunte» en la llegada de inmigrantes ilegales a las costas del archipiélago. Estas dos embarcaciones son las primeras que llegan a las islas desde mediados de junio. La consejera explicó que esta «sequía» de pateras y cayucos está motivada «por la política de contención que se ha llevado a cabo en origen». Efectivos de la Guardia Civil patrullan desde hace dos años las costas de Mauritania y Senegal para impedir la salida de embarcaciones fletadas por las mafias de la zona. Rojas volvió a denunciar el drama de la inmigración irregular y se preguntó si los inmigrantes de ayer «eran todos los que partieron».