Zapatero calcula en 15.000 millones de euros la próxima subida de impuestos
El presidente anuncia un recorte del gasto ministerial del 6% con el que confía en ahorrar 3.000 millones
José Luis Rodríguez Zapatero arrojó un poco de luz sobre la subida de impuestos que viene al cuantificarla en torno a los 15.000 millones de euros. Explicó que este aumento de la fiscalidad, sin reducir el gasto social, es su receta para recortar el déficit público. No aclaró, sin embargo, qué sectores o qué actividades económicas tendrán que soportar el próximo año este aumento de los gravámenes, precisión que dejó para cuando presente a fin de mes el proyecto de Presupuestos del 2010. Sólo detalló que no afectará a las rentas del trabajo.
El presidente del Gobierno acudió de nuevo al Congreso para explicar, por cuarta vez según las cuentas de unos y la novena según las de otros, su política anti-crisis, y en esta ocasión su zurrón de anuncios también estaba en crisis. Su intervención no aportó novedades sustanciales respecto a anteriores comparecencias, si bien la discreción estaba justificada por la cercanía del debate presupuestario, marco en el que deberán debatirse las propuestas específicas en materia fiscal o de gasto.
¿Quiénes?. Indicó que la anunciada subida de impuestos «quedará por debajo del 1,5% del PIB», es decir alrededor de los 15.000 millones de euros. Para endulzar la medida se apresuró a señalar que, pese a este incremento, la presión fiscal aún será inferior a la que existía con el Gobierno del PP y también estará por debajo de la media europea. ¿Quién pagará más en el 2010? No lo dijo, aunque exceptuó que el peso vaya a recaer en las rentas del trabajo.
Rodríguez Zapatero señaló que su objetivo, compartido con la totalidad de los grupos de la cámara, es reducir el déficit público, que este año llegará cerca del 10% del PIB. La diferencia radica la fórmula a aplicar. El jefe del Ejecutivo tiró de ortodoxia socialdemócrata y escogió como herramienta el aumento de la fiscalidad, a diferencia de otros grupos como el PP y CiU, que abogaron por recortar el gasto público.
Pero como el esfuerzo no sólo puede recaer en una parte, se comprometió a un nuevo apretón de cinturón en la administración del Estado. Los Presupuestos, dijo, contemplarán una reducción del 6% de los gastos ministeriales, sobre todo en los capítulos de gasto corriente.