Reportaje | j. l. álvarez
Diez nunca regresarán
Los accidentes de tráfico, el mayor enemigo de los militares españoles que trabajaron en la Kfor
La misión de las Fuerzas Armadas bajo mando de la Otan en Kosovo será imposible de olvidar en diez hogares españoles, donde padres, hermanos y viudas recordarán a otros tantos miliares que dejaron su vida trabajando por pacificar la que fue provincia serbia. Pese a ser una zona en la que la población estaba armada, ninguno de los soldados falleció víctima del fuego enemigo.
Los primeros en caer fueron los policías nacionales Miguel Martínez y José María Martínez de Rituerto y el guardia civil Jaime Pérez, fallecidos el 12 de noviembre de 1999, al poco tiempo de iniciarse la misión de la Kfor, al estrellarse el avión en el que viajaban en la capital de la ex provincia serbia, Pristina. El 27 de abril del año siguiente moría el brigada Antonio Rodríguez, víctima de un disparo accidental.
La circulación. El estado de las carreteras y las duras condiciones en las que circulaban los vehículos militares hacía que los accidentes de tráfico estuvieran a la orden del día. Las primeras unidades españolas tuvieron que destacar a soldados para enseñar a los niños kosovares a no acercarse a los BMR (blindados medios sobre ruedas) que cruzaban sus aldeas, ante el temor de aplastar a las criaturas. En accidente de circulación murió el legionario Javier del Castillo el 21 de agosto del 2001. Al año siguiente falleció el subteniente Juan Manuel Manzano cuando probaba uno de los blindados. El 24 de abril del 2007 pereció el soldado Jose Javier Colorado al volcar su BMR. Meses más tarde, el 17 de octubre, murieron los cabos Francisco Javier Roldán y Antonio Jesús Bonilla al volcar el todoterreno en el que viajaban en las inmediaciones de la Base España, en Istok. A ellos se suma la muerte del cabo primero Javier López a consecuencia de una parada cardiaca.