Heridos dos militares al volcar con 7.000 litros de gasoil para un retén

Al desastre natural por la pérdida de miles de hectáreas de masa forestal en la provincia -”en especial en el Bierzo, la Cabrera y los Ancares-” hubo que sumar ayer los primeros heridos que participan en el dispositivo para aplacar los incendios. Dos militares de la Unidad Militar de Emergencia (UME), que viajaban en un camión cargado con 7.000 litros de gasoil para la maquinaria del retén del incendio de Lomba (Benuza), resultaron heridos al precipitarse por un barranco de más veinte metros en las cercanías del pueblo de Salas de la Ribera (Puente de Domingo Flórez) y quedar a unos metros de las aguas del río Sil, no muy lejos de la presa de Peñarrubia.

E. G. Bobo Blanco, de 26 años, perteneciente al primer batallón con base en Torrejón de Ardoz, fue el peor parado, tuvo que ser excarcelado de la cabina por los bomberos de Ponferrada y trasladado en una UVI al Hospital del Bierzo. Su acompañante en este viaje, J. M. Rodríguez López, de 32 años, tenía heridas en un brazo y salió por su propio pie del accidente, socorridos por el pedáneo de Salas, Antonio Liébana, que conocía esta zona de difícil acceso.

Por lo visto, se cree que el accidente del camión Iveco M-250, a eso de las once de la noche del viernes, fue por el reventón de una rueda, según indicaba ayer el teniente alcalde de Puente de Domingo Flórez, Gerardo Díez. A media mañana se realizó el trasvase del combustible y no se produjo vertido alguno.

El subdelegado del Gobierno, Francisco Álvarez, estuvo ayer en el Bierzo y atribuía lo sucedido, de forma indirecta, a la acción de los pirómanos: «Se ha producido un accidente de un vehículo de la unidad de emergencias con dos heridos, uno de ellos con grave riesgo de perder la vida, y no hay derecho a que personas que intencionadamente provocan estos accidentes pongan en riesgo la vida de los demás».

Delatar a los pirómanos. De esta forma, desde la Subdelegación del Gobierno se hizo un nuevo llamamiento a la colaboración ciudadana. «No se entiende qué puede pasar por la cabeza de quien provoca un incendio, porque no hay motivaciones justificadas. Creo que hay ciudadanos que pueden sospechar de alguien que los provoque y está en la obligación legal de denunciarlos. Desde las fuerzas de seguridad se ha priorizado el servicio de prevención, pero se necesita el apoyo de la ciudadanía para luchar contra un delito tipificado en el Código Penal», manifestó Álvarez. Mientras esto sucedía, el Bierzo volvía ayer a estar cubierto de un manto intenso de humo, con incendios reavivados en ocho frentes.