La incautación de cocaína se multiplica por 10 en 20 años

La cocaína es la reina en el tablero de los estupefacientes en España. Se trata de la única sustancia cuyo consumo se mantiene pujante y resiste inalterable a las campañas de sensibilización.

Pese a que existe una conciencia generalizada de que es una droga de alto riesgo adictivo mantiene la falsa aureola del éxito social, y el coste sanitario para las arcas públicas crece al ritmo de sus consumidores: el 3% de la población adulta admite haberla consumido en el último año.

No es un secreto, por lo tanto, apreciar su fortaleza en el mercado de narcóticos. Pero nada mejor para evaluar su importancia que los datos de la Fiscalía Antidroga, que constatan que en sólo dos décadas el volumen de cocaína decomisada se ha multiplicado por diez, al pasar de de 3,5 toneladas en 1988 a 33,8 el pasado año.

Este crecimiento se ha acentuado en el último lustro, periodo en el que la media de aprehensiones anuales se acercó a las 50 toneladas, una cantidad «altamente preocupante» para los fiscales y la policía encargada de batallar contra esta droga, la segunda más consumida en España tras el cannabis, y cuyo mercado mundial se cifra en unos 47.000 millones de euros, según los datos difundidos por Naciones Unidas.