Zapatero no logra arrancar a ERC un compromiso concreto de apoyo
«He dejado claro al Gobierno que no le debemos nada por el acuerdo de financiación». Primera advertencia de Esquerra Republicana de Catalunya. Y advertencia que pone de muy mal humor al PSOE. Los socialistas contaban con que después de haberse desgastado en una negociación polémica, después de haber puesto encima de la mesa la cantidad de dinero adicional que reclamaba Cataluña y después de aguantar sin perder el rictus que los independentistas se vanagloriaran de haber puesto de rodillas al Estado, el camino para la aprobación de los Presupuestos quedaba allanado. La cosa no va a ser tan fácil.
Que los republicanos no habían entendido el nuevo sistema de financiación como un «contrato de arras» del que se derivaran obligaciones parlamentarias era algo de lo que ya se había percatado la dirección del grupo socialista que, desde que arrancó en nuevo período de sesiones, vive en un «ay» pendiente de cuál será su posición en votaciones comprometidas. Hace dos semanas se descolgó con el apoyo a una iniciativa de CiU secundada por el PP en la que se instaba a suprimir los impuestos de patrimonio y sucesiones.
Aquella proposición no prosperó, pero fuentes del grupo confiesan que su portavoz, José Antonio Alonso, se tuvo que emplear a fondo para conseguir diez votos que le permitieran tumbarla. Es sólo un ejemplo. El malestar es palmario. El propio Alonso lanzó hoy un mensaje a Ridao: «Conviene tener en cuenta -dijo en rueda de prensa, después de que la vicepresidenta económica, Elena Salgado entregara en la Cámara las cuentas-que en el otoño político hay dos o tres cuestiones muy importantes: una es el acuerdo presupuestario, pero no olvidemos que también hay un acuerdo de financiación que hay que traducir en ley».
1397124194 Lealtad. Estas son las cosas que, supuestamente, debía haberle dicho José Luis Rodríguez Zapatero al portavoz republicano. Fuentes de la dirección socialista realmente cercanas al presidente del Gobierno aseguraban que el objetivo de este encuentro exclusivo -”no hay más portavoces citados-” era reclamar a los independentistas «un poco de lealtad». Ridao negó, sin embargo, que su conversación en La Moncloa se produjera en esos términos. «Ha sido una reunión cordial pero no ha habido un avance concreto».