Un soldador formado en la fundación Santa Bárbara

Sin duda los gambianos son los más extrovertidos del grupo de africanos que viven con la asociación Hechos en Ponferrada. Pero Saliounne Biayo, otro de los jóvenes que ya alcandó la mayoría de edad, no regala las palabras fácilmente.

Desde el primero de mayo vive fuera del centro de menores. Llegó con la primera remesa de menores sin acompañante que Canarias envió al Bierzo y tras realizar un examen de ingreso se convirtió en uno de los alumnos de soldadura de la Fundación Santa Bárbara, en Folgoso de la Ribera. Un accidente laboral en el período de prácticas le dejó sin tres dedos y ahora tramita un expediente de minusvalía, aunque cree que podrá trabajar en el oficio que ha aprendido.

Ve más obstáculos en la crisis que en su mano mutilada para encontrar un trabajo en la zona, así que Saliounne ya tiene la vista puesta en Luxemburgo, donde cuenta con el apoyo de un familiar.

La colaboración de las instituciones bercianas y lacianiegas para facilitar la integración de estos jóvenes es uno de los aspectos que más agradece la asociación Hechos, aunque también la crisis ha hecho mella: «No todos han podido entrar en cursos de formación porque debido al paro hay más personas de aquí que demandan formación y hay que hacer una prueba de ingreso», señala el director del centro Enrique del Árbol.