A vueltas con el recibo de la luz

La Comisión Nacional de la Energía se reúne mañana para hacer público su dictamen sobre el modelo de ayudas al consumo de carbón autóctono que finalmente alumbró en octubre el Ministerio de Industria. Un paso más en la tramitación del decreto que debe permitir que se queme de nuevo con normalidad en las térmicas a partir del mes que viene. Pero también una norma que nace envuelta en un teórico consenso que en la práctica se traduce en una tormenta de intereses contrapuestos.

Los de las eléctricas, por ejemplo, que no consiguen ponerse de acuerdo en otros asuntos pero que han hecho frente común contra un incentivo que consideran que dificultará la eliminación del polémico déficit de tarifa. Así se lo han trasladado en un documento a la CNE, a pesar de que participaron en la negociación con el Ministerio de Industria y las empresas mineras.

También el Partido Popular a nivel nacional ha anunciado su oposición al decreto, argumentando que implicará una subida del recibo de la luz y que amenaza el Pacto por la Energía que negocian los dos partidos mayoritarios. Lo adelantó el portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, en una entrevista a Diario de León, y lo ha confirmado en Madrid recientemente.

Mientras, la patronal del carbón insiste en que las ayudas establecidas no modificarán el precio del resto de las energías que acuden al pool, y desde luego no repercutirá en los consumidores.

El argumento es sencillo: el incentivo no es nuevo, aunque sí la fórmula de su aplicación. Se venía pagando hasta el año pasado, según han recogido los distintos planes del carbón, independientemente de los precios del resto de los combustibles fósiles a nivel internacional.

Los vaivenes de los precios energéticos mundiales han obligado a adoptar este nuevo sistema, que ajusta las ayudas al desfase con los precios exteriores. Pero hay quien no quieren verlo, o no quiere que se vea, de esta manera.