Diario de León

Caja Burgos lanza un último pulso y frena el proceso de fusión para ganar más peso

Arribas niega que haya acuerdo en el reparto de sedes y cargos y deja abierta la incógnita de su participación

Lagartos y santos Llamas, a la entrada de la sede de Caja España

Lagartos y santos Llamas, a la entrada de la sede de Caja España

León

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Caja Burgos lanzó ayer un último pulso en la negociación por el reparto de las sedes y los cargos en la futura entidad que, según todas las previsiones hasta ahora, debe componer con Caja España y Caja Duero. A pesar del pacto suscrito durante el fin de semana, concretado por la consultora en un documento que debía haberse ratificado ayer por la tarde con la participación de partidos políticos, Junta y sindicatos; el presidente de la entidad burgalesa, José María Arribas, envió ayer por la mañana un escrito a los empleados de su caja en el que pedía tranquilidad y advertía que el compromiso no era firme, y que no se habían atendido todas sus peticiones. El acuerdo, que cuenta con el visto bueno de la Junta, había sido enviado ya al Banco de España, que espera la confirmación inmediata de los consejos de administración de las tres cajas para dar por abierto oficialmente el proceso de fusión.

Las exigencias y dudas de Caja Burgos han provocado ya el malestar en las otras dos entidades en varias ocasiones, ya que la negociación previa a la fusión se está dilatando en exceso. Incluso el Banco de España ha «recomendado» a la financiera burgalesa que se esfuerce en la participación en este proceso para evitar la toma de otras medidas.

Caja Burgos reunió ayer por la tarde a sus consejeros para estudiar la postura de la entidad, aunque su decisión definitiva no se hará pública hasta hoy.

De momento lo que se conoce es el escrito que Arribas envió ayer a sus trabajadores, en el que intenta «tranquilizarles» tras hacerse público el reparto de sedes y cargos pactado el fin de semana. Un reparto que dejaría en León la sede social y la presidencia, además de los servicios informáticos; daría a Salamanca la dirección general y parte de la gestión y dejaría en Burgos la sede del grupo empresarial y las operaciones de bolsa. La obra social se repartiría proporcionalmente entre las tres zonas. Y la gestión se dividiría en seis direcciones generales adjuntas, que se repartirían entre las tres provincias.

Arribas niega en el comunicado que Caja Burgos haya suscrito este acuerdo, que califica de «propuesta que contiene las cesiones máximas que las otras dos cajas están dispuestas a hacer». Documento sobre el que «no se ha llegado al más mínimo consenso».

El presidente de la caja burgalesa se lamenta en el escrito de que «durante toda la negociación no se hayan atendido las posiciones y propuestas de Caja de Burgos. De hecho, en reiteradas ocasiones durante todo el proceso negociador he manifestado mi desacuerdo con importantes puntos del proyecto», señala.

Concluye Arribas señalando que «Caja de Burgos es libre y autónoma en la toma de decisiones, y aún no ha tomado ninguna a este respecto».

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