La Junta admite que hay proyectos que no se acabarán esta legislatura
n Verde, que denota esperanza, frente al pesimismo negro del carbón. El futuro parece claro. De hecho existe unanimidad en la mesa donde ocho representantes de la Junta, las organizaciones sindicales, los ayuntamientos y la patronal discuten el reparto del dinero destinado a reactivar los municipios mineros, consenso, por otro lado, que se ha roto en el Principado de Asturias. El porvenir de las cuencas mineras de León está en el turismo, en los servicios vinculados a la naturaleza y en la explotación del patrimonio minero en desuso. Así lo ven los implicados. Pero el futuro no será nada hasta que se culmine el plan integral de desarrollo turístico de las cuencas mineras, para el que se ha previsto una inversión de 40 millones de euros. El proyecto trata de desarrollar un conjunto de infraestructuras diversas y actividades que permitan el impulso generador de empleo en las comarcas mineras. León ha apostado por iniciativas que, si bien ya han sido iniciadas, no están concluidas o, en algunos casos, aún se encuentran muy lejos de ser ejecutados en su totalidad. La esperanza del sector turístico en las zonas mineras de León está puesta, entre otros proyectos, en el Parque del Motor que afecta a Torre, Brañuelas e Igüeña; la red de rutas en bicicleta; el futuro museo de la minería previsto en diferentes ubicaciones, entre ellas el pozo Julia; el Museo Regional de la Minería, con sede en Sabero; la red deportiva de aguas bravas en el área de Cistierna; el Centro del Clima, en La Pola de Gordón; el parque ferrovariario de Barruelo de Santullán; el teleférico de Vegacervera y el tren turístico entre Toreno y Villablino. Retrasos notables. La financiación está prevista, pero los retrasos empiezan a ser notables en muchos de los proyectos. El horizonte para concluir el plan turístico se había puesto en el año 2012, pero el director general de Energía y Minas de Castilla y León, Ricardo González Mantero, admite que algunos de los proyectos, por su magnitud, tendrán que financiarse con cargo a anualidades más allá de la presente legislatura. Es posible que uno de ellos sea el grandilocuente Monumento al Minero que promueve en la zona de Torre del Bierzo la Fundación para la Cultura Minera. Se trata de un singular proyecto turístico que pretende revitalizar el Bierzo Alto con una imponente obra de 80 metros visible desde casi toda la comarca y otras instalaciones complementarias como una mina de interior o un lavadero recuperados como museos vivos. La inversión final rondará los 15 millones de euros, pero sólo han sido presupuestados tres millones. Si hay un proyecto representativo del citado plan turístico es el tren minero. La línea de mercancías utilizada por MSP para trasladar el carbón entre las estaciones de Cubillos del Sil y Villablino está llena de luces y sombras que ahora pretende aclarar un informe encargado por la Junta para saber si es viable desde el punto de vista técnico establecer un tren turístico en esta línea de ferrocarril y si existen garantías jurídicas para llevar adelante el proyecto. El trabajo costará 200.000 euros, ya consignados. Ante la evidencia de que la línea debería salvar muchos flecos técnicos, como la seguridad de los túneles o la viabilidad real de un tren turístico entre Toreno y Villablino, la Administración no se resigna a dar por perdida esta idea e invita a esperar las conclusiones del informe. Dinero ya repartido. Como los citados, muchos otros proyectos van fraguándose poco a poco y con los medios que hay, que ya están más que repartidos. Se da la circunstancia de que patronal, sindicatos, Administración y alcaldes mineros acordaron concentrar durante los primeros años del plan del carbón vigente las inversiones en infraestructuras, proyectos singulares y los presentados por los ayuntamientos, de manera que la inversión que queda para los próximos años será absorbida totalmente por el tramo de autovía minera entre Toreno y Villablino, que prefirió dejarse para el final. «Hay mucho que mejorar en la planificación», defiende el presidente de la Asociación Regional de Municipios Mineros (Armi), Miguel Ángel Rodríguez Robla, regidor de Soto y Amío. En su opinión es la única autocrítica que hay que hacer al funcionamiento de la mesa regional de minería durante la última década. Rodríguez Robla constata cómo los esfuerzos de muchos pueblos mineros se han orientado hacia el turismo, incluso por parte de los mineros ya prejubilados. Los ayuntamientos adheridos a Armi han canalizado sus principales intereses hacia las infraestructuras que pretenden consolidar el sector turístico como una alternativa a la minería. Se ha apostado fuerte con inversiones de más de diez millones de euros en infraestructura turística, pero ahora la cuenta pendiente es «hacerla sostenible», explicó el presidente de la asociación. Se necesita un consorcio. Primero fueron inversiones muy atomizadas y, con el tiempo, el dinero de los fondos mineros ha ido consolidando grandes proyectos sobre los que ya es necesario plantear un modelo de gestión global. «Sería necesario un consorcio de turismo o algo similar para promocionar las cuencas mineras», indicó el regidor. «Sólo habría que elegir tres o cuatro operadores que sean atractivos para León y centrarnos, más que en los pueblos, en el concepto de comarca y sus zonas de influencia». «Es decir, no podemos tener 15 museos mineros». Se trata de poner en valor el patrimonio minero y que la iniciativa «sea sostenible», reitera. Uno de los fuertes mejor aprovechados en León —así lo defienden en los pueblos del Principado— ha sido la creación de un potente cordón industrial en los municipios del Bierzo. Pese a ello, la diferencia de las inversiones es notable y la cara que ofrecen hoy las cuencas asturianas es mucho más saludable que las de León. Sólo hay que echar un vistazo a las autovías mineras construidas en la comunidad vecina, esenciales para enlazar los principales núcleos de población y con mayor potencial industrial con el entorno minero. No obstante, la concentración de los núcleos mineros asturianos en el centro del Principado en comparación con la dispersión de los leoneses, distribuidos por toda la periferia, ha propiciado una mayor valorización de las inversiones. En Castilla y León, desde el plan del carbón 1998-2005 son cuatro las cuencas que mantienen actividad carbonera: la norte de la provincia leonesa, donde actúa HVL y sus empresas auxiliares; la cuenca palentina, con centro de trabajo de las empresas Uminsa y San Isidro y María; la cuenca Bierzo-Villablino, conocida como Fabero Sil porque centra la actividad en el corredor del Sil desde Villablino hasta las explotaciones de Toreno, Páramo y Fabero, y la cuenca del Bierzo Alto, que integra a Bembibre, Torre, Folgoso, etcétera. En ellas hay 24 municipios leoneses muy afectados por la minería del carbón, 35 más que son limítrofes y a los que les afecta directamente la actividad minera y otros 30 ayuntamientos vinculados de una u otra forma al sector. En este inmenso territorio, la población toreniense de Librán es sólo un pequeño ejemplo de lo que viven muchos pueblos del Bierzo y Laciana y, quizá, un ejemplo poco representativo. Pero lo cierto es que la despoblación es tal que hacía 40 años que no nacía alguien. Fue algo que ocurrió hace 15 meses e hicieron un homenaje al matrimonio y a la pequeña. Uno de los vecinos más jóvenes, Pedro Fernández, de 40 años de edad, está a punto de prejubilarse. Ha decidido quedarse en el pueblo y disfrutar de la vida en familia. «A mí me gusta esto. De aquí no me sacan», dice. Muchos como él han hecho las maletas y se han ido al Levante. Pero otros se han decantado por montar negocios vinculados al turismo rural, aunque sea de manera indirecta. Es fácil ver carteles de casas rurales financiadas con cargo a los fondos para la reactivación, pero hay muchos millones de euros invertidos que no se ven porque son obras de abastecimiento y saneamiento y otro tipo de actuaciones que han permitido renovar la red de infraestructuras básicas. Muchas pequeñas. El balance de los planes del carbón arroja, principalmente, eso: docenas y docenas de pequeñas obras orientadas a mejorar las infraestructuras para, en el futuro, pasar a explotar el potencial turístico de los pueblos. «Entendemos en CC.OO. que en Castilla y León debía hacerse así debido a una extensa red local y comarcal que conectan pueblos y localidades de las cuencas que en los inicios del primer plan estaban en una situación muy deficiente», opina Alberto González Llamas, secretario general del sindicato provincial Minerometalúrgico de CC.OO. en León. En la planificación global del futuro de las cuencas, este sindicato apuesta por desarrollar el eje subcantábrico desde Toreno hasta las cuencas palentinas, con ramales y vías de acceso a localidades como Fabero. Entre sus propuestas también figura el tendido de una red de fibra óptica a las localides importantes y reforzar los polígonos industriales de municipios mineros que están teniendo mejores resultados. Entre las exigencias de esta fuerza sindical de cara a los próximos meses y años, se ha propuesto tener una participación más activa en las decisiones sobre nuevos proyectos empresariales que se benefician de los fondos para la reactivación. La red de polígonos industriales es una de las decisiones más valoradas por el director general de Energía y Minas en su balance de once años de planes del carbón. «En el primer plan se apostó por los polígonos y las carreteras y en ese sentido se ha trabajado en muchísimos proyectos. De hecho, hay documentados proyectos por valor de 172 millones de euros», afirmó Ricardo González Mantero. El director de Minas realizó estas declaraciones durante un encuentro casual mantenido con los periodistas en una reciente visita a las obras del plan del carbón desarrolladas en el Bierzo. En su entorno, los 11.000 metros cuadrados que esperan la construcción del Parque Motor y Circuito Permanente de Trial, un proyecto sobre el que descansan las expectativas de muchos vecinos de Igüeña, Brañuelas y Torre y cuya ejecución está pendiente, como otros muchos trabajos. Desde el sindicato CC.OO. se destaca que, sobre todo en el caso del Bierzo, las empresas se han ido orientando hacia la periferia de Ponferrada, utilizando el argumento de que era una zona susceptible de ayudas. En tal sentido, dos proyectos muy destacados como LM Glasfiber y Comonor demandaban una enorme superficie de la que carecía cualquier otro polígono minero y tomaron la decisión de asentarse en Ponferrada por su situación geográfica y su enclave estratégico para la salida de los productos. Ambas empresas ocupan casi totalmente un solo polígono y mantienen un empleo que oscila entre los 800 y los 1.000 trabajadores. Desde FIA-UGT se ha realizado un seguimiento muy preciso de cada uno de los proyectos contemplados en los sucesivos planes del carbón. En este sentido, el sindicato está alineado con el resto de partes de la mesa, aunque ha realizado varias aportaciones de cara a los próximos años. Fuentes del sindicato revelaron que la propuesta que defienden para la autovía Ponferrada-La Espina es la construcción de un túnel en Leitariegos en vez de desdoblar el túnel del puerto de Rañadoiro, mucho más largo y costoso.