La cárcel de Mansilla inició en marzo el primer curso con 14 reclusos
La cárcel de Mansilla de las Mulas inició este año un programa de intervención con maltratadores en el mes de marzo en el que participan actualmente catorce reclusos voluntarios. Se trata de un tratamiento largo, de al menos un año de duración, con una fuerte carga psicológica cuyo objetivo es «conseguir la modificación del pensamiento cognitivo del agresor: lo que le hace pensar cosas como ella es mía o tiene que hacer lo que yo quiero», explica la subdirectora de tramiento del centro Henar García Casado. Dividido en once unidades, la primera que «asuman la responsabilidad, las consecuencias del delito sobre la víctima, sobre él mismo y la sociedad», explica. Es un paso difícil —admite— porque «tienen mecanismos de defensa muy fuertes y muy arraigados, sobre todo cuando el maltrato es psicológico». Suelen ampararse en que «me provocó» o en que «ella fue la que empezó», señala. Estas herramientas de defensa, explica la psicóloga, se asienta en «los valores en que han sido educados socialmente». Una vez superada esta fase se trabajan las habilidades de comunicación, de las que carecen la mayoría, educación sexual y para la salud, empatía con la víctima y control emocional. «Son personas inhibidas que no saben expresar sus emociones».
