Mª ENGRACIA MARTÍNEZ VILLAVERDE | FISCAL DE VIOLENCIA DE GÉNERO DE LEÓN
«Hay mujeres que no entienden que ellas no pueden retirar la condena»
La reanudación voluntaria de la convivencia entre agresor y víctima supone automáticamente el ingreso en la cárcel del agresor si existe una sentencia que le prohibe la aproximación y comunicación.
Este precepto legal no es bien entendido por algunas parejas, particularmente por las mujeres víctimas, señala la fiscal especializada en violencia de género en León, que cada semana recibe en su despacho a mujeres que pretenden «levantar» la prohibición de alejamiento y comunicación a su agresor. «Hay mujeres que no entienden que ellas no pueden retirar la condena», indica María Engracia Martínez.
La fiscal se muestra partidaria de que se modifique la ley para que «en determinados casos esta pena no sea de imperativa imposición. Nos evitaría muchos problemas». Con la normativa actual es obligatorio que los jueces impongan la pena de prohibición de acercamiento y comunicación en todas las sentencias sobre violencia de género.
«Que no se acerque a mí, pero que no vaya a la cárcel, me dicen muchas mujeres». Otras quieren reanudar la convivencia: «Yo les tengo que explicar que el hombre incurre automáticamente en delito y va a la cárcel».