«Las 9 de la noche es hora de emborracharse o pegarse un tiro»

Bajo el epígrafe genérico de Espacios geográficos y secretos , la última jornada del Congreso de Literatura Leonesa Actual acogió ayer por la mañana en el Palacio del Conde Luna una «variopinta» mesa redonda integrada por José Luis Suárez Roca, Andrés Martínez Oria, Natalia Álvarez y Tomás Álvarez.

Suárez Roca, que centró su intervención en El Bierzo como espacio literario en la obra de Antonio Pereira, aseguró que ya hay quien asegura que la Villafranca real se parece cada vez más a la Villafranca del autor de Picassos en el desván . Y es que el hijo del ferretero fue construyendo una ciudad milenaria, rodeada de aldeas brumosas, que se convirtió en el país de las nieblas. «Mi mundo del Noroeste», como lo llamaba Pereira y del que se sentía tan orgulloso. Una república literaria que traspasaba las fronteras bercianas. Concluyó Roca con una frase del maestro fallecido este año: «Cuidado con las 9 de la noche en este territorio, porque es hora de emborracharse o de pegarse un tiro»...

Recogió el guante Martínez Oria, que llevó al público de viaje por la Maragatería. De la realidad al mito . Un viaje en el que eligió como compañeros a Concha Espina y a Leopoldo Panero. Aludió a las fuentes literarias que citan por primera vez la palabra maragato y se adentró en los orígenes de un pueblo que algunos consideran descendiente de los celtas, otros de los bereberes e, incluso, de los fenicios. Una comarca deprimida que obliga a salir a sus hombres; surge así la arriería. «Se empieza hablar de los maragatos, aunque el mote se extiende a todos los habitantes de esta zona. Había nacido el mito». Espina, en La esfinge maragata , según Oria, denuncia la situación de la mujer, pero sin apartarse de cierto idealismo romántico. «Incapaz de construir un universo ficticio, cae en el cotumbrismo y en el realismo idealista». Por el contrario, «Panero rehuyó la leyenda folclórica. En su poesía hay continuas alusiones al paisaje maragato. Penetra en él y lo hace vivencia personal».

Natalia Álvarez llenó de Imágenes del río la sala del Palacio del Conde Luna. «El río recoge las imágenes de la vida», explicó en su ponencia sobre La literatura en la Ribera leonesa. Y destacó que la del Órbigo es la ribera por excelencia en la literatura leonesa. Centró su conferencia en torno a dos escritores en los que el río es un elemento esencial en alguna de sus obras: Antonio Colinas y Elena Santiago.

Tomás Álvarez habló de La Cepeda como una comarca que ha sufrido un absoluto naufragio. Destacó que fue él quien creó hace unos años Versos de Oliegos: «Una de las actividades más interesantes de la cultura leonesa de los últimos años», dijo como elogio de sí mismo.