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Lágrimas y abrazos en el regresode los 38 compañeros a España

Publicado por
cristian reino | BARCELONa
León

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Los 38 cooperantes catalanes, compañeros de los tres miembros de la oenegé Barcelona Acció Solidaria secuestrados en Mauritania, ya están en casa. Entre aplausos y lágrimas, fueron recibidos por sus familiares y amigos a primera hora de ayer en el aeropuerto de El Prat. A su llegada, los cooperantes, «abatidos, pero enteros», dedicaron sus primeras palabras al recuerdo de Albert Vilalta, Alicia Gámez y Roque Pascual, y reclamaron que, a pesar del secuestro, la ayuda humanitaria en África debe continuar. «Volveremos el año que viene», anunciaron.

«Nuestro trabajo no es baladí, es un trabajo muy importante y el secuestro de nuestros queridos amigos no sólo ha tenido el apoyo y la solidaridad de todo el mundo, sino que nos ha certificado que no podemos fallar a toda esa gente que nos necesita; somos tristemente protagonistas de un suceso que nos sorprendió y supuso un golpe muy fuerte», afirmó Joan Ramón Jiménez. «Hemos cumplido un objetivo, pero nos faltan tres personas; lo más importante es que hay tres personas que no han llegado y sus familias están en un momento muy sensible y duro», señaló uno de los portavoces de la oenegé. Por ello dijo que «ahora es el momento de ser fuertes, lo importante son ellos».

Los 38 cooperantes tomaron tierra con una mezcla de sentimientos: satisfechos por la labor concluida, agradecidos por el apoyo recibido y preocupados por la vida de sus compañeros. Y es que la confirmación de que sus colegas habían sido secuestrados por Al-Qaeda cayó como un jarro de agua fría. «Cuando lo supimos se nos cayó el ánimo a los pies, pero lo único que podemos hacer es condenar esta acción y seguir estando al lado de las familias», dijo Toni Camps.

Discreción. Los responsables de la oenegé pidieron además discreción para que las gestiones del Gobierno fructifiquen y lleven a buen puerto a Vilalta, Gámez y Pascual. «Reclamamos unidad, discreción, silencio y trabajo unitario de todo el mundo, de todas las instituciones y entidades. Y después pedimos estar más cerca que nunca de las familias que hoy no han recibido a sus familiares», afirmó el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, que acudió como regidor y como marido de una de las cooperantes.

Los miembros de la caravana relataron que el momento más duro de la expedición fue cuando encontraron el vehículo de sus compañeros vacío, con el motor en marcha y con las luces encendidas.

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