El caso Haidar llega hoy a la Casa Blanca mientras empeora su salud
La activista saharaui cumple ya cuatro semanas en huelga de hambre
El caso de la activista saharaui Aminatou Haidar llegará hoy a la Casa Blanca, en un intento de resolver la situación de esta defensora de los derechos humanos, cuyo estado de salud de debilita poco a poco tras cuatro semanas en huelga de hambre.
La reunión entre el ministros de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, estaba prevista desde hacía días para tratar un amplio abanico de cuestiones en víspera del comienzo del mandato español de la UE el 1 de enero, pero las circunstancias han obligado a incluir en el orden del día el asunto de Haidar, según fuentes del Gobierno.
Y es que la activista se encuentra «muy débil», después de 28 días sin comer, y habla «con un hilo de voz», según Pedro Barbadillo, el periodista español que fue retenido el 13 de noviembre cuando llegó con ella a El Aaiún, tras visitarla en el aeropuerto de Lanzarote.
Barbadillo aseguró que «está muy fuerte de ánimo y de espíritu, pero muy débil de fortaleza física». «La he visto muy débil, prácticamente no podía hablar, hablaba con un hilo de voz», apuntó.
Ayer, precisamente, Haidar ha hecho llegar una carta a sus hijos, a través de la diputada de UPyD, Rosa Díez, quién viajó junto a la delegación de su partido a El Aaiún con este fin, en la que les expresa su cariño y les dice: «Cuidaos mucho».
La defensa del Gobierno. El vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, calificó de «impecable» la gestión del Gobierno en el caso Haidar, desde el punto de vista político y humanitario, y ha garantizado que el Ejecutivo «no va a tirar la toalla». Chaves insistió en que su entrada en España fue «absoluta y escrupulosamente legal» y ha recalcado que si el Gobierno se hubiese negado a ello habría sido duramente criticado.
El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha lamentado las «insensatas» palabras de la secretaria general de PP, María Dolores de Cospedal, por criticar la política exterior española y las ha enmarcado en su interés por «hacer méritos ante la hinchada anti-Zapatero».
Desde el PP, el vicesecretario general de Comunicación de este partido, Esteban González Pons, ha pedido al Ejecutivo que no culpe a la activista por entender que es «la víctima de los Gobiernos de España y Marruecos». González Pons ha señalado que ella es quién está sufriendo «la incompetencia demostrada por las autoridades españolas».