Los terroristas se niegan a prestar ayuda al cooperante herido
El CNI confirma que Vilalta está siendo tratado con antibióticos y calmantes
Los terroristas de Al Qaeda en el Magreb Islámico se negaron hace diez días a que un médico atendiera al cooperante Albert Vilalta, herido de bala en la pierna izquierda tras intentar huir el pasado 29 de noviembre, el día en que los tres españoles fueron secuestrados. Desde entonces, los servicios exteriores y de Inteligencia españoles han insistido en varias ocasiones, a través de mediadores tuaregs, en su petición de que un especialista al menos estudie la lesión del rehén. Pero la respuesta de los terroristas ha sido siempre negativa y siempre con el mismo argumento: AQMI no se fía de que el médico sea un espía y que termine por revelar la ubicación exacta de los occidentales secuestrados.
Los agentes del Centro Nacional de Inteligencia, que han fijado su base en Bamako y se mueven por varias localidades del norte de Mali, sin embargo sí han conseguido hacer llegar medicamentos para Vilalta. Según informaron fuentes gubernamentales, el envío se realizó hace más de una semana, poco después de que los funcionarios españoles tuvieran el primer contacto indirecto con los secuestradores a través de enviados de jefes tribales. Los tuaregs cobraron una comisión por hacer llegar las medicinas y traer de vuelta noticias sobre el estado de Vilalta y sus dos compañeros, Roque Pascual y Alicia Gámez.
Ese primer contacto se demoró tres semanas, ya que los terroristas y sus víctimas recorrieron más de 2.000 kilómetros desde la costa atlántica mauritana hasta su santuario maliense en el corazón del desierto.