Cerrar
Publicado por
ARTE MARCELINO CUEVAS
León

Creado:

Actualizado:

D ecía un filósofo que la verdad de las personas y las cosas está contenida en sus sombras y sus reflejos. Teresa Lapayese busca la verdad de las cosas precisamente en eso, en los reflejos. Sus naturalezas muertas, sus bodegones, son todo un compendio de belleza, dibujo perfecto, color preciso… y unos reflejos tan reales que producen asombro en los espectadores que admiran sus exposiciones. En la muestra que estos días presenta en la galería Sharon Art puede verse una gran selección de sus bodegones. De unos primorosos bodegones de frutas y flores, especialmente manzanas y membrillos, que asustan por su perfección y que hacen dudar de que los cuadros sean simples lienzos y no ventanas a través de las que se contempla una realidad que parece al alcance de la mano.

La obra de Teresa se mueve dentro de los resortes de un realismo que se proyecta desde la observación directa del entorno arquitectónico, hasta el interés por atrapar en el lienzo ciertos objetos de la vida cotidiana. Cuando un artista llega al límite del virtuosismo tiene varios caminos para continuar su carrera. Lapayese ha querido seguir por el más complicado, por el de demostrar en cada cuadro que muy pocos pintores son capaces de hacer lo que ella practica cotidianamente. La artista es también capaz de retratar una humilde cabeza de ajo, que en sus pinceles se convierte en un objeto de extraordinaria belleza. Lapayese es capaz de reflejar en el lienzo cada textura de las capas de cubren los aromáticos dientes, cada vena del fibroso bulbo, los distintos colores de cada cara de sus dientes. El ajo llevado a un enorme tamaño y consagrado pictóricamente. El crítico J. de la Hoz dice sobre su obra: «La pintura de Teresa Lapayese se mueve siempre dentro de los resortes del realismo, prestando especial atención a las texturas, calidades, transparencias y reflejos de los objetos cotidianos que nos muestra».

Cargando contenidos...