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Imagen de la portada del libro del autor brasileño Paulo Lins

Publicado por
Miguel Ángel Nepomuceno
León

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La presencia anoche en el Auditorio del Dúo Ad Libitum, integrado por el violinista leonés Miguel Fernández Llamazares y la pianista Julia Franco Vidal, dejó patente que una cosa es la fría ejecución de estudio y otra la caliente y comunicativa expresión en directo. Este dúo ya conocido en nuestra geografía musical no necesita presentación de ninguna clase. Julio Gómez y su Sonata en Si menor, Francisc Poulenc con su particular homenaje a García Lorca y Conrado del Campo, con su Sonata en Re menor, fueron desgranados con pureza y expresividad. Vibrato medido, afinación puntillosa y fraseo correcto,unido a un perfecto empaste entre ambos intérpretes, produjeron una sensación de intimismo y de música escrita para el recogimiento y el deleite. Gómez fue tal vez el más logrado, desde ese Andante delineado con justeza al Allegro con brío de una belleza deslumbrante. Poulenc resultó la piedra de toque del concierto, con una obra no tan despreciable como han apuntado los musicólogos y sí en cambio llena de intencionalidad y frases sugerentes entre ambos instrumentos. Belleza y musicalidad en la línea melódica de esa hermosa Sonata de Conrado del Campo, en la que ambos intérpretes lucieron un perfecto equilibrio a la par que un lirismo arrebatador, especialmente en el tercer tiempo «lentamente»de una dulzura y una delicadeza asombrosa. Un excelente concierto que debió tener otros precios, porque no es lo mismo pagar por escuchar a la Sinfónica de Estocolmo que a un dúo, sin menospreciar a estos dos excelentes intérpretes. Pero una cosa es la política de precios y otra muy distinta la calidad interpretativa, que fue mucha.