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La actriz Heather Graham, una de las protagonistas de la película

Publicado por
Fausto Fernández
León

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Practicante de la resistencia pasiva slapstickiana, el Hrundi/Peter Sellers de El guateque volaba por los aires los arquetipos no solo de cine colonial, sino de comedia burguesa norteamericana. Ramu Gupta, el primer hindi discotequero y protagonista de esta sátira social, pulveriza creativamente los arquetipos de las diversas ramificaciones del género cómico intelectualoide neoyorquino, a la desopilante manera de Weird Al Yankovic tomándole el peluquín al timo de la New Age y, sin acritud, a la indómita decada de los 80 (la obligada cita a la insuperada Ricky Business ). Parece algo complicado de casar, pero esta conseguidísima cinta consigue que convivan en un mismo saco la ácida ironía británica del escritor Evelyn Waugh y los amables modos cinematográficos sesenteros de David Swiff o Jerry Parris. Que un bailarín que ha elevado a condición mítica Grease acabe provocando orgasmos a arrugadas pijas o induciendo al streaking a estirados republicanos recupera ese inrreverente aroma a los seres queridos (Tony Richardson) aderezado con coreografías imposibles made in Hollywood. El gurú del sexo es un aluvión de carcajadas que oscilan entre las refinadísimas y otras más obvias que los retoques de Yola Berrocal y Malena Gracia. Juega muy bien, en la línea del Orgazmo , con el submundo del cine porno y con la vis humorística de Heather Grahan y Jimi Mistry, pero especialmente de una recuperada Marisa Tomei, por no hablar de Christine Baranski, tan arolladores y contagiosos todos ellos que uno ya les invita de facto a utilizar terapeúticamente el just the way you are de Billy Joe. Lo mejor del filme, los burgueses desbocados y los números musicales.