| Crítica | Televisión |
El pecado de ser poco original
Lo menos malo que puede decirse de Pecado original , supuesto programa de humor de Telecinco, es que no tiene la menor gracia. Con una estructura con forma de batiburrillo, en la que cabe todo tipo de sobras de otros programas, es el típico espacio creado para salir del paso sin esforzarse demasiado en inventar algo nuevo. El humor en Telecinco ha ido bajando peldaños de forma precipitada y lo que hace unos meses era un humor inteligente y crítico con Caiga quién caiga ha degenerado en esta sarta de tonterías que nació para salir del paso durante unas semanas, ocupando el hueco de El informal y que lleva ya varios meses. Por si aún no hubiéramos tenido bastante, este martes volvieron a utilizar el culebrón de Marbella, poniendo voces a alcaldes, ex alcaldes, tonadilleras, novias de ediles y a quien pasase por allí, pero con tan poco gusto que si hubiesen dejado hablar a estos personajes, sin duda hubiesen resultado más graciosos. Por supuesto, como buen parásito, Pecado original también utiliza el zapping, recuperando escenas de programas de la competencia. Ya que parece que llegó para quedarse, un poco de originalidad le vendría bastante bien. Dejar de utilizar famosillos de tres al cuarto, que están a todas horas en todas las cadenas, no recuperar más descartes desechados por otros espacios, no repetir tres o cuatro veces la misma gracia por si acaso la primera vez nos ha pasado desapercibida, y abrir de par en par las puertas y las ventanas a la imaginación y a la creatividad, dándole un poco de ritmo sería estupendo. Ahora mismo, sin embargo, parece que dura dos horas cuando sólo tiene 30 minutos.